Rafinha, la gran sorpresa de la noche

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Toni Frieros

Toni Frieros

La remontada fue posible. No sabían que era imposible... y lo consigueron. Desde el primer minuto hasta el último lo intentaron con denuedo todos los jugadores barcelonistas en una noche intensa y ruidosa donde Luis Enrique, el Barça, fue valiente al ordenar jugar con una línea defensiva formada por solo tres hombres (MascheranoPiqué y Umtiti), sin laterales puros (Sergi RobertoDigne Alba en el banquillo). Para hacer ese dibujo táctico, el técnico asturiano se vio obligado a jugar con centrocampistas, interiores, muy abiertos en banda. Ahí entró en juego <strong>Rafinha</strong>. El hispano-brasileño fue la gran sorpresa de la noche y cumplió a rajatabla las órdenes de su entrenador. Prácticamente pegado a la línea de cal, abriendo y estirando el campo, siempre se ofreció para descargar el juego y, a pie cambiado, intentar con mucha voluntad desequilibrar, siempre por dentro ya que por fuera, al ser él zurdo, no pudo hacer daño en esas incursiones.

Rafinha se le tiene que aplaudir su gran disciplina táctica, su voluntad, su entrega, incluso su valentía a la hora de ofrecerse y de encarar. Lo intentó todo. Otra cosa muy distinta fue el resultado final de todo ese trabajo. El azulgrana ni estuvo fino ni atinado a la hora de pasar ni de disparar. Recibió muchas faltas de sus marcadores, tanto de Kurzawa como de Rabiot, que le cortaron las alas. En el juego combinativo siempre se ofreció y estuvo presente. Nada que objetar. Sin embargo, dada la naturaleza del partido, la exigencia de la eliminatoria, la jerarquía del oponente, hubiera sido recomendable un paso más adelante de Rafinha. A estas alturas no es suficiente con las intenciones, se juzgan los hechos. Acabó siendo sustituido por Sergi Roberto en el minuto setenta y seis, cuando el partido estaba 3-1 y el Barça claramente eliminado. Y miren por donde ese hombre, el sustituto de Rafinha, hizo posible el milagro entrando en la historia de los héroes azulgranas. 

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