¿Qué fue de... Paco Fortes? De ídolo en Portugal al puerto de Barcelona

Fortes es todo un ídolo en Faro

Fortes es todo un ídolo en Faro / sport

Javier Giraldo

Javier Giraldo

Delantero con aspecto de central, la trayectoria de Paco Fortes en el Barça fue corta pero intensa. Se había forjado en la cantera hasta que en 1975 Hennes Weisweiler le dio la alternativa en el primer equipo. Jugaba de extremo y en teoría era la competencia de Rexach.

Su primera temporada fue notable (5 goles en 23 partidos), adornada con un estreno en la selección, en noviembre de 1975. Disputó 14 minutos ante Rumania, pero no volvería a jugar con la selección. Curiosamente, también el Barça le cerraría las puertas después de su primera temporada, invitándole a irse cedido al Málaga. Regresó al Barça en 1977, pero nada volvería a ser igual. Su apodo, ‘el Feo’, ya no hacía tanta gracia.

la ayuda de migueli

la ayuda de migueliEn aquel fútbol se golpeaba mucho más: los delanteros sabían que acabarían cada partido con varios recuerdos de los defensas. Cuando jugaba fuera de casa, Fortes solía tomar nota del nombre de los rivales que más le pegaban. Ya en el Camp Nou, hablaba con Migueli y le pedía que le ayudase a tomarse la revancha, intentando devolver una parte de los golpes recibidos en la ida.

Dejó el Barça en 1979 para cruzar la Diagonal y jugar en el Espanyol, donde dejó buen recuerdo pese a su escasa aportación goleadora y después firmó por el Valladolid. 

En 1984, a los 29 años, decidió probar suerte en Portugal: se fue a Faro, la capital del Algarve, para jugar en el modesto Farense. Y allí explotó: primero, en sus cinco años como futbolista y después, en sus nueve como entrenador. Llevó al equipo a la final de la Copa en 1990 y a la UEFA en 1995. A orillas del Atlántico, mientras el Algarve se llenaba de turistas, Fortes obró un milagro. En Faro se le venera como uno de los personajes más importantes de su historia. 

Pero en 1999 acabó peleado con la directiva del Farense: estuvo a punto de firmar por un clásico del fútbol portugués, el Boavista, pero las negociaciones no cuajaron. Fue una de esas extrañas intersecciones de la vida: a partir de ahí, todo empezó a torcerse. Entrenó a un modesto, el Pinhalnovense, y vivió una corta experiencia en el Raja Casablanca. 

malos momentos

malos momentosLlegó la crisis económica y a Fortes le pilló con fuerza. Se vio sin recursos, viviendo en una furgoneta en Barcelona y L’Hospitalet. Apareció entonces la Agrupació Barça Jugadors (ABJ) para echarle un cable. Surgió la posibilidad de volver a trabajar, aunque lejos del fútbol. Desde hace unos años trabaja como guardia de seguridad en el puerto de Barcelona.

Fortes es un habitual de los actos de la ABJ: visita las ‘penyes’ y participa en los eventos que organiza la Agrupació. A sus 62 años, aún le queda cuerda para rato.