Las horas más bajas de Neymar Júnior

Neymar: "Quería salir pero ahora soy feliz en el PSG"

Neymar: "Quería salir pero ahora soy feliz en el PSG" / Perform

Sergi Capdevila

Sergi Capdevila

No corren buenos tiempos para Neymar Júnior. El brasileño supo ayer que no está entre los 30 nominados a ganar el Balón de Oro, la mayor distinción individual que puede recibir un jugador de fútbol. Es sin duda significativo que el paulista no figure en la lista de candidatos, pero aún lo es más que no esté incluido en ella por primera vez en los últimos ocho años (desde 2011 su nombre ha aparecido de forma ininterrumpida). A sus 27 años, teóricamente el futbolista formado en el Santos se encuentra en su plena madurez, pero lo cierto es que pasa por el peor momento de su carrera.

Tras un verano que se eternizó con su salida frustrada al FC Barcelona y decir él públicamente que no quería seguir en París ni una temporada más, se ha visto obligado a prorrogar su estancia forzosa, por lo menos, este curso 2019/20. Con la afición parisina encendidamente contraria a su presencia en el equipo y la directiva cabreada por sus formas, ‘Ney’ arrancaba la campaña lesionado y anímicamente muy tocado. Porque más allá de todo ese embrollo, lo cierto es que el idilio del brasileño con las dolencias físicas empieza a ser preocupante.

UNA LESIÓN TRAS OTRA EN PARÍS

 Solo en la corta etapa que lleva en la capital francesa, el ex del Barça ha sufrido 10 lesiones distintas que le han hecho perderse hasta 47 partidos oficiales con su equipo. Una absoluta barbaridad como decíamos tratándose de un jugador joven, de apenas 27 años y que en el Barça sí había tenido una continuidad. Desde muchos flancos se ha apuntado a su mala vida y a su poca profesionalidad como agentes determinantes en este espiral de lesiones en el que parece haber caído. La última, la sufrida con Brasil en el muslo y que ya le ha mantenido fuera los últimos dos encuentros de su equipo.

Su inactividad el pasado curso, todo el ruido externo y sus dudables prestaciones han hecho que ni siquiera aparezca en esa lista de nominados por primera vez desde que es futbolista profesional. Todos lo encumbraron como uno de los grandes herederos del fútbol brasileño y como un candidato clarísimo a marcar una época en el mundo del fútbol, pero el tiempo se le va agotando y prácticamente nadie confía en que pueda revertir esa indisciplina. El terreno extradeportivo ha sobrepasado desde hace un tiempo al meramente deportivo sin que el delantero parezca con la voluntad de cambiar las cosas.