TODO MENOS DEPORTE

Julio Alberto: "Me cuesta convivir con los humanos"

Desde hace años mira con distancia su particular leyenda de malditismo, convencido de haber encontrado el sentido del viaje. Una vida que, de tan intensa, daría para un biopic cinematográfico

Julio Alberto posa para SPORT

Julio Alberto posa para SPORT / sport

Dídac Peyret

Durante mucho tiempo viviste muy deprisa; una imagen que contrasta con el actual Julio Alberto. ¿Qué te ha llevado a esta dirección? 

Yo creo que la vida. La vida te enseña muchísimas cosas. Tengo 57 años, he vivido muchísimas cosas y de todo tipo. Experiencias personales que me han enseñado mucho. A perder y a ganar. A vivir con poco. A vivir con mucho. Yo creo que es un problema de necesidades. 

[Trato de interrumpirle con otra pregunta, pero toma un sorbo de agua y sigue con su explicación]  

Y te explico: no soy budista ni hago yoga. No pertenezco a ninguna religión ni leches de estas. Es algo personal. 

Con todo lo que has pasado, qué te ha costado más,  ¿convivir contigo mismo o con la sociedad?

A mí me cuesta mucho… [Se lo piensa y da una calada] ¡Hombre! A mí me cuesta mucho convivir con los humanos [silencio]. A mí me cuesta mucho convivir con los humanos.

¿Más que con tu perro?

Más que con los perros, claro que sí [risas]. Con los perros se convive muy bien.

Con el paso de los años... ¿uno aprende a aceptar la idea de la muerte? 

[Se toma su tiempo] La muerte no existe.

¿No?

No. La muerte es un milagro. 

¿Por qué es un milagro?

Porque no existe.

¿No existe, porque una vez nos morimos, no tenemos consciencia de estar muertos?

Lo entenderás. Llegará el momento que lo entenderás. 

Qué la muerte es un milagro…

El universo está tan perfectamente hecho y tan bien organizado que nada de lo que existe muere eternamente. Siempre queda algo que se recupera y que nunca se pierde. Nada de lo que eres se pierde totalmente, siempre queda algo que el universo recupera.

¿Esa idea te da tranquilidad?  ¿No te parece algo demasiado etéreo? 

Píntame el dolor…. ¿Dónde está el dolor en tu cuerpo? ¿Dónde está el amor? ¿Dónde está el odio? Que venga aquí un médico y me lo diga. Es decir, todo aquello que nos hace sentir, vivir, padecer, reír, hablar, resulta que no lo podemos ver ni tocar ¿Qué forma tiene lo que sentimos?

La mayoría de gente cuando vive un momento complicado encuentra algún resorte para salir adelante, ¿a ti qué te salvó?

Soy una persona muy fuerte. Soy muy fuerte, pero no me apetece hablar de eso.

Supongo que haber viajado tanto también ha marcado tu forma de ser ¿Con qué experiencia te quedas?   

Con los dos años en Croacia.

¿Por qué Croacia?

Croacia es el paraíso terrenal. Pero las montañas de Croacia ¿eh? No la Dalmacia que sale en la tele para los turistas. Y la gente. Lo que hace distintos a los croatas  es que son auténticos; que cuando dan la mano, la dan firme. Nunca te engañarán. 

Recomiéndame un sitio para desconectar de todo…

[Se toma su tiempo] No te puedo desvelar el secreto. 

Estoy seguro de que me puedes develar alguno....

[Risas]. Sí, la ciudad de Almatí en Kazajistán. 

¿Cómo fuiste a parar ahí?

Si yo te contara… [carcajadas]. 

Ahí me fui con el presidente de una compañía de gas y de petróleo. Y me dio una fiesta en la falda del Himalaya. A tres mil y pico metros de atura. Con más de 100 personas que bailaron y cantaron para mí en agradecimiento a un favor que le hice personal. Por haberle asesorado para mandar un proyecto de fútbol. 

Ahora que estás cerca de los sesenta ¿Hay algo que te falta por vivir?  

Enamorarme.

¿Enamorarte otra vez?

Enamorarme.

Quería preguntarte también por la figura del futbolista y su papel en la sociedad, ¿te parece justo que se les pida que sean una especie de ejemplo? 

Un futbolista no te enseña ni a leer ni a escribir. Quien te enseña eso es un maestro. Un futbolista es un señor que hace deporte, que tiene una carrea profesional, y que más o menos tiene que ser una persona ejemplar.

¿Sí? ¿Tiene que serlo?

Más o menos. Dejémoslo ahí. El hecho de ser un personaje público te exige muchas cosas. Cuando estás en el escaparate pasas a ocupar una posición diferente. Y evidentemente no se nos mira a todos igual, pero los futbolistas son como tú y como yo.

Da la sensación de que a los deportistas se les pide un comportamiento que nosotros mismos no nos exigimos en nuestro día a día...

Es que todo se ha vuelto demasiado exagerado con los futbolistas. Incluso los periodistas deportivos se han convertido en verdaderos cracks con contratos millonarios. Se ha vuelto loco esto del fútbol, se ha sobredimiensinado tanto... 

Para terminar, ¿cómo te imaginas  dentro de diez años? 

Ni me lo planteo. Hay cosas que no tienen contestación: al igual que hay dos días al año que no puedes hacer nada: uno es ayer. Y otro es mañana ¿Lo sabías?