Los Joaos se saltan las normas

"A veces tenemos que salir del guion: disparar, jugadas individuales...", pedía Xavi hace justo un año

Cuando el exceso de orden convierte al Barça en un equipo plano, la aparición de ambos es como mezclar de nuevo todas las cartas

FC Barcelona - Betis | El gol de Cancelo

Toni Juanmartí

Toni Juanmartí

Hace justo un año, Xavi Hernández pedía a sus jugadores una mayor cuota de 'rebeldía' en ataque. Más inspiración individual, más creatividad. "Somos conscientes de que tenemos que generar más. A veces tenemos que salir del guion: disparar, jugadas individuales...", manifestaba el técnico ante los problemas de su elenco a la hora de atacar defensas cerradas.

Hasta el día de hoy, esa sigue siendo la mayor crítica hacia este Barça. Con espacios, los azulgranas sí encuentran el camino. Cuando no los hay, falta un primer desequilibrio para descolocar al oponente. Sirven como ejemplo los partidos ante Getafe, Cádiz y Villarreal. En los dos primeros, al cuadro catalán le costó una infinidad penetrar la telaraña defensiva. En La Cerámica, en cambio, los de Xavi aprovecharon los espacios para hincar el diente.

La llegada de Joao Cancelo y Joao Félix altera, y de qué manera, la partida. Si algo comparten ambos, además de la nacionalidad y agente, es su capacidad para improvisar. A menudo, sus decisiones se alejan de las que tomarían gran parte de sus compañeros. Como pedía Xavi, se salen del guion. Para bien y, claro, también a veces para mal.

Joao Félix y Cancelo celebran con Feran Torres la victoria ante el Betis

Joao Félix y Cancelo celebran con Feran Torres la victoria ante el Betis / Valenti Enrich

Unas 'cartas' que el equipo no tenía

Los Joaos son desborde, electricidad y verticalidad, tres virtudes que venía pidiendo a gritos el equipo de Xavi. El partido ante el Betis bastó para confirmarlo. El lateral se movió por dentro como Pedro por su casa, mientras que el atacante capitalizó como pocos sus intervenciones: abrió el marcador y habilitó sin tocar el cuero a Lewandowski en el 2-0.

En un equipo obediente y trabajado para controlarlo todo, el atrevimiento de Cancelo y Félix supone el picante necesario para agitar el tablero. Cuando el exceso de orden convierte al Barça en un equipo plano, la aparición de ambos es como mezclar de nuevo todas las cartas. Como darle al F5 en una navegación encallada.

Los equilibrios lo son todo y este Barça estaba demasiado inclinado hacia lo políticamente correcto. Hacia lo previsible. De ahí que los Joaos supongan un enorme impulso al equipo. Pero, como dice el refrán, para saltarse las normas primero hay que conocerlas. Es decir, para que su espontaneidad brille es básico el trabajo y rigor de los Christensen, Oriol Romeu, Gavi, Ferran y comañía. En la variedad está el gusto. Y la clave.