Javier Ribalta, un catalán en la 'vecchia signora'

Javier Ribalta está haciendo un gran trabajo en la Juventus

Javier Ribalta está haciendo un gran trabajo en la Juventus

German Bona

German Bona

Es un ‘italiano’ más, ni el acento ya le delata. No es de extrañar, a punto de cumplir una década en el país transalpino. Javier Ribalta se ha convertido en una pieza fundamental en el engranaje de una Juventus que funciona con solvencia bajo la batuta de los Agnelli, aunque se autogestiona como club. Desde el sorteo de cuartos, la ‘Vecchia Signora’ amenaza la continuidad del Barça en la Champions League. El destino los ha vuelto a emparejar tras la final de 2015 y a Ribalta se le acumulan estos días las peticiones de entradas...

Pero no está en Turín para satisfacer estas demandas, sino para trabajar, y muy duro, viendo partidos prácticamente a diario, y dirigiendo una red de observadores que abarca hasta 20 personas, la mitad controlando el fútbol italiano, que ha sido siempre por el que ha apostado más el club ‘bianconero’, y la otra decena para todo lo que pasa fuera de sus fronteras. Javier Ribalta es el jefe de ‘scouting’ de la Juventus, todos los informes de futuros fichajes pasan por su filtro y de ahí van a parar al director deportivo, Fabio Paratici, sin el que no tendría sentido el trabajo que hace el equipo comandado por el catalán. Ribalta se pasa el día en el Juventus Center de Vinovo, viendo partidos, o en la carretera, siguiendo a jugadores en directo, sobre todo cuando hay Champions y Europa League. Si le queda tiempo, viaja a Suiza para estar con su novia.

carrera meteórica

Quién le iba a decir que tendría esa responsabilidad en uno de los grandes de Europa cuando empezó, muy joven, en el proyecto de Miapuesta, primero en Figueres y después en Castelldefels. Evidentemente, sin los medios con los que cuenta ahora, pero ya dejando entrever una gran habilidad para distinguir el futbolista que puede triunfar del que se queda en el camino.

Quizás por ello captó la atención de Mauro Pederzoli, en ese momento director deportivo del Liverpool y que un buen día le dijo: “Cuando me salga otro equipo, te llevo conmigo”. Y salió. Fue en el Torino, donde estuvo una temporada e inició una aventura italiana de la que no vislumbra el fin. Con Pederzoli pasó a trabajar en el Milan, durante dos años y como responsable de los observadores de la base, y de ahí, una campaña más en el Novara, ya de nuevo como jefe de ‘scouting’. 

Separaron sus caminos cuando la Juventus decidió que era el momento de contar con el talento de Ribalta. De eso hace cinco temporadas. Una decisión que se ha vislumbrado acertada, a tenor de los resultados. Muchos pensarán que la Juve ficha lo que quiere, pero la realidad es que el club ‘bianconero’ se mira mucho el precio, y su relación entre la edad y las características del jugador.

En Turín recuerdan que no tienen el potencial de los clubs ingleses, ni tampoco del Madrid o el Barça, y que jugadores como Khedira, Llorente, Pirlo o Coman vinieron gratis en su momento o Pogba solo costó un millón de euros y se revendió por 120 al Manchester United este verano. El beneficio fue estratosférico y permitió, esta vez sí, ‘rascarse’ el bolsillo con Gonzalo Higuain.

morata, alves y muchos más

A Morata lo siguió desde las categorías inferiores de la selección y del Madrid hasta que lo fichó. Y también ha ‘pescado’ en el Barça. Descubrió la cláusula en su contrato por la que Dani Alves se podía marchar libre si se ejecutaba antes del 5 de junio del año pasado. Así se hizo y ahí está, pisando el césped del Juventus Stadium. Como Alex Sandro, otro fichaje rentable, o Arturo Vidal. Por no hablar de Dybala, a quien Ribalta y su equipo siguieron en Palermo en infinidad de ocasiones, y si ahora se fuera, sería por el triple de lo que costó.

A veces, algún fichaje sale mal, también en la Juve, como Hernanes, contratado ‘in extremis’ porque se escapó a última hora Draxler, que se decantó por el Wolfsburgo. El brasileño, pese a su experiencia en Lazio e Inter, no se adaptó a la ‘Vecchia Signora’. 

Pero en la balanza de aciertos y errores no hay color, y la ‘culpa’ la tiene un catalán, perico de corazón y que pese a las tentaciones de la Premier ahí sigue, en la Juve, con la que le queda un año más de contrato y ha ido creciendo de forma paralela. Llegó tras la celebración de un Scudetto y con 36 años, ya va por el sexto consecutivo. Si el Barça no lo impide, sueña con celebrar una Champions que se le resiste al gigante italiano desde 1996. Por Turín piensan que ha llegado el momento…