Historia SPORT

Historia SPORT

La inolvidable hora de Casas

Jugó 60 minutos en el Barça-Sliema de Copa de la UEFA el 1 de octubre de 1980 en el Estadi

Reclutado por Laureano Ruiz, fue campeón de Copa con el Juvenil y jugó cinco años en el filial. Nadie le regaló nada y, pese a sufrir una grave lesión, se levantó hasta llegar al Camp Nou

Jordi Casas, el día de su debut con el FC Barcelona, el 1 de octubre de 1980 contra el Sliema Wanderers (1-0) de la Copa de la UEFA en el Camp Nou

Jordi Casas, el día de su debut con el FC Barcelona, el 1 de octubre de 1980 contra el Sliema Wanderers (1-0) de la Copa de la UEFA en el Camp Nou / Miguel Moreno

David Salinas

David Salinas

Jordi Casas Rodríguez nació en la hoy desaparecida barriada de Can Pi de L’Hospitalet el 6 de febrero de 1958 y tocó la gloria el 1 de octubre de 1980, cuando debutó con el primer equipo del FC Barcelona en el Camp Nou. Pudo ser el inicio de una bonita y soñada historia, pero fue justo lo contrario: el final. Debut y despedida. Casas gestionó la situación como mejor pudo a sus 22 años y, pasado el tiempo, apenas se arrepiente de nada. Siguió en la pelea, con el orgullo de haberlo dado todo y fiel a los valores que le transmitieron los suyos.

Delantero rápido y habilidoso, con 12 años ya jugaba con un tío suyo en un campeonato de empresas. Se enfrentaba a rivales curtidos que le doblaban la edad y tenían como máxima “dejar pasar el balón o al jugador, pero nunca a ambos”. El temor a que lo lastimaran lo llevó, por mediación de un amigo de su tío, a realizar una prueba en la Penya Barcelonista Olivella, equipo vinculado al Barça, que no dudó en incorporarlo después de haber dejado muy buenas sensaciones. En su primer año como infantil anotó 44 goles jugando de extremo.

En un Europa-PB Olivella volvió a destacar (0-2) al anotar un golazo desde la larga distancia. Acto seguido, en esa matinal de domingo, jugaron los juveniles del Europa y el FC Barcelona, entonces dirigido por Laureano Ruiz, que se fijó en Casas y lo citó en el entrenamiento del martes. Estuvo tres años en el Juvenil, con el que fue campeón de España las temporadas 1974-75 (1-1 y 4-2 en la repetición de la final, contra el Murcia) y 1975-76 (1-0, también contra el Murcia, gol que llevó su firma). 

Cinco años en el filial

Dio el salto al Barça B, en el que militó cinco temporadas, entre 1976 y 1981. Volvió a tener coincidir con Laureano Ruiz (que lo reconvirtió de extremo a centrocampista) y también tuvo a Toni Torres y Joan Segarra como técnicos. Ambidiestro, técnico pero sacrificado en el derroche físico y la pelea, Casas fue convocado por Chus Pereda para el primer Mundial Juvenil (sub-20) de la historia: Túnez 1977. Fue con su compañero Emilio Gómez. En esa selección, que quedó apeada en la fase de grupos, estaban Buyo, el Soso Gallego y García Navajas, entre otros.

Casas siguió mostrando su calidad en el filial e iba a dar el salto al primer equipo la temporada 1979-80, pero en la recta final de la anterior, el 12 de mayo de 1979, en un Barça-Sant Andreu, sufrió una fractura de tibia y peroné tras una entrada del meta José Antonio Barceló, que puso en peligro su carrera deportiva. Fue operado por el doctor Cugat y no volvió a jugar hasta la campaña 1980-81. Se alineó contra el Ibiza, Mallorca y Badajoz, en Segunda B, y Ladislao Kubala lo convocó para el Barça-Sliema Wanderers de la Copa de la UEFA.

El técnico azulgrana, ante la escasa entidad del rival maltés, dio una oportunidad a los jugadores menos habituales y completó la convocatoria con elementos del filial (Moratalla y Casas) y del Juvenil (Pedraza y Manolo, que habían debutado en Malta (0-2) en un campo de tierra). Casas entró en el minuto 30 por el lesionado Rafa Zuviría y, con el dorsal ‘12’, debutó con el primer equipo el 1 de octubre de 1980. Esa camiseta, histórica para Casas, obra en poder de su hija Mireia. Su otra hija, Sonia, conserva la de la final Juvenil de 1976, en la que jugó con el ‘8’.

El Barça ganó 1-0 con un gol de penalti regalado (transformado por Rexach) pero no convenció al Camp Nou, que despidió al equipo con pañolada. Durante el partido, además, se escucharon palmas de tango y los entonces habituales “¡fuera, fuera!” y “¡Neeskens, Neeskens!”. El presidente Núñez abandonó las instalaciones escoltado por la Policía y Casas lo hizo a pie, acompañado por un familiar.

Trayectoria

Acabó la temporada 1980-81 con el filial. Por aquel entonces, y por llevar ya cinco años en el Barça B, era conocido como el Papi. Jugó algunos amistosos con Helenio Herrera, que había tomado el relevo de Kubala, pero acabó contrato y tuvo que buscarse la vida lejos de casa. Oviedo (1981-82), Reus (1982-83), Andorra (1983-86, reclamado por Lluís Aloy) y Lloret (1986-87, reclutado por Lagunas, técnico con el que trabajó en Andorra) completaron su trayectoria deportiva. Colgó las botas con 29 años, aunque la idea de dejarlo lo acompañó mucho antes.

Se incorporó a la vida laboral a través de las empresas ATO y Ferrovial, donde se jubiló. A sus 64 años echa la vista atrás y analiza su paso por el Barça en clave positiva: “El Barça se llevó bien conmigo cuando me lesioné, pero me prometieron que subiría al primer equipo y no fue así. Las ocasiones pasan y no tuve más remedio que levantarme”, asegura. Lo que consiguió Casas, un chico de barrio, tuvo un mérito enorme. Nadie le regaló nada y consiguió debutar con el primer equipo azulgrana. Y, aunque su paso fuera fugaz, nadie le quitará ese logro. Hoy, tras 45 años de matrimonio y cuatro de noviazgo con Lolita, ejerce de abuelo de sus nietos Lucca y Enzo y sigue en su L’Hospitalet natal, ahora en el barrio de Santa Eulàlia.