¿Por qué se han lesionado Ansu Fati y Dembélé poco después de su regreso?

El doctor Jordi Marcos de iMove-Clínica Mi Tres Torres nos explica a qué pueden deberse las lesiones musculares en el regreso a la competición

Tras Dembélé, Ansu Fati también ha vuelto a recaer en otra lesión muscular

No gana para disgustos... ¡¡Ansu Fati salió en muletas de Balaídos!!

No gana para disgustos... ¡¡Ansu Fati salió en muletas de Balaídos!! / DEPORTES CUATRO

SPORT.es

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El doctor Jordi Marcos de iMove-Clínica Mi Tres Torres es especialista en medicina deportiva. Ha sido responsable de los servicios médicos del Villareal C.F., y médico del primer equipo del RCD Espanyol. Hoy nos explica a qué pueden deberse las lesiones deportivas en el regreso a la competición.
En la élite deportiva existe un momento crítico en la recuperación de las lesiones que se conoce con el nombre de “return to play”. Es un momento muy importante porque en general existe una gran presión para el deportista, el entrenador y el equipo médico. Esta recuperación se intenta recortar al máximo por las necesidades del calendario deportivo y de la competición, pero esto implica también un mayor riesgo de recaídas o de aparición de nuevas lesiones. Las lesiones musculares son las más propensas a manifestarse en esta etapa, ya sea por recidiva o de "novo".
Es importante entender que a partir de las dos semanas de reposo deportivo empezamos a perder músculo de forma progresiva, con la disminución de las cualidades musculares que esto implica como la pérdida de fuerza, resistencia y coordinación neuromuscular.
La rehabilitación y recuperación de las lesiones siempre intenta ser lo más funcional posible para minimizar este desacondicionamiento muscular. Sin embargo, y sobre todo en las lesiones de larga duración, nunca se podrán mantener unos niveles de carga física similares a los del entrenamiento habitual.
Ansu Fati y Dembélé

Ansu Fati y Dembélé / Sport.es

La recuperación y la readaptación a la actividad deportiva habitual siempre se realiza de forma progresiva para que la adaptación a las cargas físicas sea más asequible por el deportista y con menor riesgo de lesión.
Cuando entramos en la fase de reincorporación a la dinámica habitual de entrenamiento debe tenerse presente que la condición física no es la óptima y que ésta la adquiriremos con la acumulación de minutos de entrenamiento y de minutos de competición.
Desde el punto de vista médico y de la preparación física cuanto más tiempo tenga el deportista para adaptarse, habrá un menor riesgo de lesión. Es necesario recuperar los niveles de fuerza óptimos, sobre todo de la fuerza reactiva (capacidad de cambiar rápidamente de una contracción excéntrica a una concéntrica, es decir, capacidad de alternar ciclos de acortamiento y estiramiento muscular), los niveles de resistencia muscular, es decir, de la tolerancia a la fatiga y los niveles de coordinación neuromuscular que son necesarios para el rendimiento en la competición deportiva.
Durante la sesión de entrenamiento o de la competición, a medida que avanzan los minutos y se acumula fatiga, es más probable que estos parámetros se vayan alterando y puedan acarrear, en una determinada acción un aumento del riesgo de lesión, sobre todo muscular, pero también ligamentosa.
Si la lesión inicial ha sido de tipo muscular, a todo este desacondicionamiento debe añadirse la formación de una cicatriz muscular que aún puede incrementar más este riesgo para el propio músculo.
Hoy en día se conocen todos estos parámetros y se monitorizan al máximo para tomar la decisión del “return to play” con las máximas garantías, pero siempre asumiendo que el riesgo cero es imposible, y menos en la competición donde el estrés físico y emocional son casi imposibles de medir ni predecir.