¿Podrá Xavi superar la situación?

El Barça tiene un tesoro pero la llave se había perdido y el cofre de las esencias se ha oxidado

A Xavi le toca ponerse la bata de profesor y conseguir que sus alumnos lo entiendan. ¿Lo logrará?

Xavi: "Si no se ganan títulos, vendrá otro entrenador; intento ser natural"

Xavi Hernández habló en rueda de prensa en la previa al encuentro ante el Villarreal / EFE

Xavi Torres

Xavi Torres

Semana trágica. La virtual eliminación de la Liga de Campeones ante el Inter y la derrota ante el Real Madrid en la Liga han traído a Barcelona las habituales dudas de cada inicio de proyecto. ¿Podrá superar Xavi la situación?

La construcción del proyecto Xavi

Joan Laporta y su junta directiva marcan el camino del proyecto y los ejecutivos deben llevarlo a buen puerto. En materia de fútbol parece que las líneas están claras ya que, en este sentido, el pensamiento del presidente es muy transparente. La historia del club no engaña: antes de la llegada de Johan Cruyff al banquillo del Barcelona -verano de 1988-, 10 Ligas y cero Copas de Europa; después, en la mitad de tiempo, 16 Ligas, cinco Champions y el reconocimiento mundial a una manera única de entender este deporte. El Barça tiene un tesoro pero, como ya hemos comentado muchas veces, la llave se había perdido y el cofre de las esencias se ha oxidado. En los tres últimos años el Barcelona ha ganado apenas una Copa -con Ronald Koeman- y, además, el balón ha ido destapando todas las vergüenzas del club. Por decirlo de otra manera, (casi) hay que empezar de cero.

El talento de Xavi

¿Será capaz Xavi de resucitar el fútbol del Barça para volver a ganar? Nadie lo sabe. Lo que sí se conoce es que su idea coincide con la del presidente y con la de la historia de éxito del club. Están por ver sus capacidades para la transmisión del mensaje y para obtener el rendimiento del grupo. En este sentido, partiendo de la formación que recibió y del trayecto deportivo que realizó, el seguidor barcelonista optimista ve en Xavi un eslabón más de la cadena cruyffista que tanta gloria ha dado al club. Por otro lado, es necesario no obviar al aficionado que no cree en el estilo de Cruyff, que rechaza incluso a Pep Guardiola y que desearía un modelo de fútbol diferente porque, cree, la modernidad apunta hacia otros caminos.

Si la opción es esta última, hay que darle la vuelta al Camp Nou, sacudirlo con energía para que se caiga todo y volverlo a poner en pie. Echar a Xavi y, imaginamos, músculo para ganar al precio que sea dando por evidente que con esta fórmula van a llegar las Ligas de Campeones una detrás de otra. Si la alternativa es seguir creyendo en el método cruyffista, entonces habrá que confiar en el talento de Xavi, darle el tiempo lógico para que construya su proyecto y aceptarlo con todas sus virtudes y defectos. Ni él ni nadie construyen nada en 13 partidos.

El Dream Team de Cruyff

Veamos lo que ha sucedido con los proyectos que le han dado al club las cinco Copas de Europa que se exhiben en las vitrinas del Museu. El primero, el de Johan Cruyff, que llegó al Barcelona en 1988 tras la catástrofe de la Copa de Europa de Sevilla y el Motín del Hesperia. El técnico holandés trajo una idea revolucionaria y 16 fichajes. Cerró el primer ejercicio con un título, la Recopa ante la Sampdoria de Génova, y muchas dudas. Los futbolistas alucinaron con las sorprendentes instrucciones de Cruyff que en un partido de pretemporada llegó a cambiar a 10 de los 11 futbolistas porque no entendían ni una de sus órdenes.

Tres años después, el 20 de mayo de 1992, el Barça levantó la primera Copa de Europa, otra vez contra la Sampdoria. De su primera plantilla apenas cuatro jugadores -Bakero, Begiristain, Eusebio y Zubizarreta- seguían siendo titulares en un equipo que maravilló a Europa ganando, además, cuatro Ligas consecutivas, un reto jamás igualado por ningún otro conjunto en la historia de la entidad azulgrana.

La idea de Cruyff fue fluyendo a base de práctica. El once titular de aquella temporada 1991-92, por ejemplo, inició la sesión con una media de 418 entrenos y partidos por jugador. La semilla del método estaba puesta, no solo en el primer equipo sino también en el fútbol base, un detalle que como veremos, no es menor.

La obra de Rijkaard

Tras Cruyff llegaron Robson, Van Gaal, Serra Ferrer, Rexach y Antic pero el presidente Josep Lluís Núñez no consiguió alcanzar su objetivo. Acabó ahogado en su desorientación futbolística y substituido por su fiel vicepresidente Joan Gaspart, que acabó de hundir el barco. La llegada de Joan Laporta al Barça en 2003 devolvió el espíritu cruyffista al club. Vinieron Frank Rijkaard y siete futbolistas, entre ellos Ronaldinho pero, como Cruyff, también necesitó tres años para levantar la segunda Champions culé.

La historia se repitió: del primer equipo de Rijkaard al que tocó la gloria en París ante el Arsenal, apenas sobrevivieron cuatro titulares: Víctor, Márquez, Puyol y Ronaldinho -aunque también podríamos añadir a Xavi, lesionado en aquel momento-. La gran diferencia con el equipo de Cruyff es que el de Rijkaard inició la exitosa temporada 2005-06 con una media de 764 sesiones -entrenos más partidos- por futbolista en la idea cruyffista. Es decir, el trabajo de años en el fútbol base y el de Rijkaard en el primer equipo resucitaron la idea de éxito de antaño.

Arte con Guardiola

La autocomplacencia del final de la era Rijkaard trajo al banquillo del Camp Nou a Guardiola, un técnico con solo un año de experiencia en el filial de la Tercera división. Su titubeante inicio provocó críticas pero el proyecto finalizó con la construcción del mejor equipo de la historia del club. El talento de Pep fue clave para alargar y sublimar el cruyffismo. El técnico de Santpedor convirtió la idea de su maestro en ciencia y dejó un legado extraordinario mucho más allá de los títulos, entre otros, dos Copas de Europa más.  

Guardiola se apoyó en la gente de la casa -Iniesta, Messi, Pedro, Piqué, Puyol, Sergio, Xavi y Valdés-, educada en el método, y convirtió al argentino en el mejor futbolista de la historia (antes de llegar Guardiola, cero Balones y Botas de Oro; después, 7 de los primeros y seis, de los segundos).

Al inicio de la temporada 2010-11, la de la cuarta Copa de Europa del Barcelona, jugadores como Valdés o Xavi llevaban 3.600 sesiones de partidos más entrenos en el método; Iniesta, Piqué y Puyol se acercaban a los 3.000 y Messi ya superaba los 2.000. Eran jugadores expertos en el método. Además, Alves, Mascherano y Abidal se adaptaron muy bien y en aquel súper equipo sólo había un futbolista, Villa, que se estrenaba en la idea. Guardiola formó una máquina de belleza y efectividad única en el mundo del fútbol. Pero Pep se marchó, agotado en su batalla por la perfección y alejado de los planteamientos del presidente Sandro Rosell. Error histórico que todavía hoy está pagando la entidad.

La última de Luis Enrique

La quinta Champions llegó en el debut de Luis Enrique en el Camp Nou, al final de la temporada 2014-15, hace ya ocho años. El técnico recogió la inercia de Guardiola, con jugadores como Xavi -4.400 sesiones en el método-, Iniesta -3.600-, Messi -2.800-, Piqué -2.200-, Sergio y Alba -1.800- o Alves -1.200-. Además supo sacar rendimiento a un tridente espectacular, con el propio Messi más Luis Suárez y Neymar que alteraron algunos de los mecanismos habituales de la metodología azulgrana.

El actual seleccionador azulgrana aguantó tres temporadas en el cargo. El equipo, con algunos títulos domésticos, fue cediendo poco a poco y ni él ni sus sucesores, Ernesto Valverde, Quique Setién y Ronald Koeman, pudieron detener la caída al abismo: Europa, el balón y los graves errores del presidente Josep Maria Bartomeu llevaron al club a la crisis económica, ética y, por supuesto, deportiva.

¿La resurrección, con Xavi?

El técnico de Terrassa no lo tiene fácil. Además, su 11 es el más joven de todos los planteados, por debajo de los 25 años de media: el de Rijkaard estaba en los 25,5; los de Johan y Pep, superaban por poco los 26 y el de Luis Enrique rozaba los 28 años de media.

Futbolísticamente, el equipo es inexperto en el método con algunos futbolistas importantes con cero sesiones en la idea, como Christensen, Kessie, Koundé, Lewandowski, Marcos o Raphinha; otros, como Dembélé, hace años que están en el club pero no han aprendido casi nada; futbolistas como Araujo, Bellerín, De Jong, Eric, Ferran, Pedri o Ter Stegen tienen nociones a partir de lo aprendido en otros clubes, en los años que han estado en Barcelona o en el fútbol base de la casa, donde jóvenes como Ansu, Balde o Gavi no han podido disfrutar de los mejores momentos del club en cuanto a formación. Así las cosas, solo los capitanes tienen pleno conocimiento de lo que pretende el entrenador aunque la intención en clave de futuro es que jueguen cada día menos. A Xavi le toca ponerse la bata de profesor y conseguir que sus alumnos lo entiendan. ¿Lo logrará?