Cien años del debut de Josep Samitier

Josep Samitier, jugador del FC Barcelona

Josep Samitier, jugador del FC Barcelona / SPORT.es

David Salinas

David Salinas

El sábado 31 de mayo de 1919, se cumple este viernes un siglo, Josep Samitier Vilalta (Barcelona, 1902-1972), el jugador catalán más completo y carismático de todos los tiempos, hizo su presentación como futbolista azulgrana.

Tenía poco más de 17 años y se alineó como medio volante en el segundo de los tres partidos que el FC Barcelona concertó contra una selección integrada por jugadores de los países aliados una vez finalizada la Primera Guerra Mundial (noviembre de 1918). Ante una mayoría de elementos franceses, aunque también había representación belga e inglesa, el Barça se impuso 2-0 y Samitier (entonces Semitier –con e–) anotó el primer gol. Ese día también debutó en el marco un fenómeno llamado Ricardo Zamora.

INICIOS EN EL BARRIO DE SANTS

Hacía tiempo que el Barça iba detrás de Samitier, que había empezado a jugar en el equipo infantil del Internacional, de la barriada de Sants, y fue ascendiendo rápidamente pese a su corta edad.

Con 15 años ya estaba en el primer equipo, en el que debutó como extremo por banda derecha, demarcación en la que explotaba su velocidad y eludía el contacto físico por falta de cuerpo.

De todas formas, y debido a una lesión del titular, pronto pasó al centro del campo y empezó a brillar con luz propia como generador de fútbol. Era elegante, resuelto, científico, efectivo… 

CULÉ DESDE LA INFANCIA

Huérfano desde los cinco años, Pepe siempre tuvo simpatías por el Barça gracias a su abuelo, aficionado al conjunto azulgrana y amigo del entonces popular ‘barraquer’ Manuel Torres, que cuidaba del campo blaugrana. Estas circunstancias permitieron a Samitier, desde niño, frecuentar el feudo del equipo, sito en la calle Indústria.

En los descansos de los partidos los chavales más intrépidos saltaban al rectángulo de juego y peloteaban. Él era uno de ellos. La afición del Barça, después de ver los malabarismos que hacía el joven Sami, lo bautizó con el nombre de Peart, en honor al virtuoso y hábil delantero inglés del Notts County, que fue rival del Barça en 1914. El equipo ganó una serie de tres partidos a los azulgranas por 0-2, 0-4 y… ¡3-10!, siendo Jack Peart uno de los que causó mayor asombro por su increíble dominio con la pelota.

SAMI Y ZAMORA

Samitier llegó al Barça en 1919 junto a Zamora. Eran los dos jugadores más destacados del momento. Pero por lo que se desprende de las informaciones de la época, el fichaje de Pepe no fue una operación sencilla.

Estaba entonces muy encariñado con el equipo de la estrella, el Internacional, y trabajaba en las oficinas de la Hispano-Holandesa, una firma de material eléctrico. Al final, sin embargo, cedió a la presión azulgrana y consintió dar el paso, aunque a modo de prueba.

Así lo explicó Carlos Méndez, ‘Cronos’, en las páginas de ‘Marca’ cuando repasó la vida del ‘Mago del Balón’ en 1954: “Reforzará al equipo azulgrana contra los Aliados (…) Si Sami se encuentra a gusto entre los nuevos compañeros, firmará”. Y el propio Sami agregó: “Pero a condición de que figure en el primer equipo”.

Empezó la leyenda

Con un fogueo, un ensayo. Y con una victoria (2-0) y un gol, el primero de los 361 que marcaría como azulgrana en partidos oficiales y amistosos.

El Barça, dirigido por el inglés Jack Greenwell, que también se alineó ese 31 de mayo de 1919, formó con Zamora, Galicia, Coma, Rodríguez, Zabala, Samitier, Greenwell (que falló un penalti a propósito para mantener la lucha igualada), Lakatos, Gracia, Sesúmaga y Costa.

Tanto Gracia (Terrassa) como Sesúmaga (Arenas) debutaron en el primer partido contra el mismo rival, el día 29. Sesúmaga, curiosamente, había sido el ‘verdugo’ del Barça un mes atrás (18 de mayo) en la final de Copa jugada en Madrid (5-2) con un hat-trick.

Samitier, en estas memorias que recogió ‘Cronos’, recordó una anécdota relacionada con su debut: “Por cierto que al extremo que me tocó marcar me lo encontré siete u ocho años después en una «boite» que había puesto en París Gaby Morlay (popular actriz francesa de aquellos tiempos). Estaba de «chansonnier». Desde el escenario me enfocó y luego vino a saludarme. Recordamos juntos aquel partido”.

Pepe, atado

La prueba había sido satisfactoria y el Barça se apresuró a atar al joven Pepe. “Terminado el choque con los Aliados, aquella misma noche, los directivos del Barcelona fueron a ver a la madre de Sami, a doña Carolina, para resolver el fichaje”, explica ‘Cronos’ en las memorias del también conocido años después como ‘Home Llagosta’ por su elasticidad en los saltos y en los movimientos.

Samitier se comprometió con el Barça y, como ya se sabe, el club azulgrana le regaló un reloj de esfera luminosa, entonces un complemento de lujo. También le ofrecieron un nuevo puesto de trabajo en la empresa del presidente Ricard Graells. De todas formas, el acuerdo debió sellarse de cara a la siguiente temporada porque Samitier siguió jugando con la camiseta del equipo de Sants. 

Así, el 9 de junio de 1919, se midió al Barça en un amistoso que sirvió de revancha al inacabado partido del 13 de abril, suspendido en el minuto 55 tras una monumental batalla campal entre los jugadores “a mamporro limpio”, escribió el semanario ‘Football’. Samitier echó fuera un penalti dudoso pitado contra el Barça. 

FIJO PARA GREENWELL

El segundo partido de Samitier no llegó hasta el 30 de agosto de 1919, contra el Racing de Madrid (6-0) en Vilafranca. A partir de ahí ya fue un fijo en las alineaciones del equipo de Jack Greenwell. El debut oficial no llegó hasta el 26 de octubre de 1919, en la primera jornada del Campeonato de Catalunya, curiosamente contra su ex equipo y su ex afición. Ganó el Barça 1-6.

Samitier confesó que “en el Barcelona me hice hombre, y si debo reconocer que algunos en ocasiones no se portaron conmigo como creo que me merecía, éstos jamás fueron número suficiente ni tuvieron la talla necesaria para que yo pudiera olvidar los que fueron buenos para mí”.

Su primera temporada (1919-20), en la que ganó el Campionat de Catalunya y la Copa, fue un avance de lo que le aguardaba: éxitos, gloria y reconocimiento. “Era un enfermo del fútbol. No tenía otra alegría mayor que jugar y jugar. Esa alegría por la pelota era mi mejor entrenador. Hacía, eso sí, lo que me mandaba el preparador, como todos. Pero luego cogía la pelota para mí solo y estaba con ella hasta aburrirme. No pude nunca comprender los entrenamientos sin balón”.

Así empezó Sami su densa y laureada trayectoria azulgrana. Jugó 232 partidos oficiales y marcó 184 goles entre 1919 y 1932. Ganó 17 títulos, entre ellos la primera Liga (1928-29) y 5 Copas. Además, con él en las filas del Barça, el equipo azulgrana dominó el Campionat de Catalunya (11 coronas en 14 ediciones).