Del infierno al cielo en 73 días

A once días de cerrar el último plazo de su contrato, el club entiende que el jugador no quiere renovar y que no está comprometido con el proyecto futuro del Barça. Se le ha comunicado a él y a sus agentes que tiene que abandonar el club y que tiene que buscar una transferencia antes del 31 de enero“. De estas palabras de Mateu Alemany no han pasado ni dos meses y medio. Por aquel entonces, la contundencia del director de fútbol dejaba bastante claro que Dembélé estaba prácticamente sentenciado en el proyecto de Xavi. Pero poco a poco los acontecimientos fueron dando un giro. Estuvo ‘castigado’ un partido (ante el Alavés) y poco después Xavi decidió concederle el perdón.

El club dejó la decisión final en manos del de Terrassa y este no dudó. Incluso sabiendo que se pondría a parte de la afición culé en contra, el egarense consideró que el atacante de Vernon era un activo del que no podía prescindir así como así. Y Dembélé, como era de prever, escuchó pitos en sus primeros minutos en casa tras todo el huracán (26’ concretamente ante el Nápoles en Europa League). 

AISLADO DE TODO

Pero si algo tiene este chico es que no deja que le afecte el ruido externo. Está tan acostumbrado a que se hable y se raje de él que Ousmane no se dejó amedrentar y se centró en el terreno de juego. Y en ir absorbiendo un sistema de Xavi en el que poco a poco ha ido encajando hasta el punto que es una pieza imprescindible. El francés está disfrutando, está enchufado. Nunca en estos más de cuatro años de azulgrana se le había visto así de conectado. Frente al Sevilla en el Camp Nou casi desnuca a Pedri en la celebración. Los números ayudan sin duda también a darle peso a todos estos ‘inputs’.

Ocho asistencias y un gol en los 11 partidos en los que ha participado tras ese breve castigo y las palabras de Alemany. El giro de guion se inició, concretamente, en la goleada al Athletic 10 días después de lo de Nápoles. Fue suplente, pero solo necesitó los últimos 23 minutos del duelo para marcar un gol y regalar otros dos. “¡Dembélé, Dembélé!”, acabaron coreando tímidamente los aficionados locales, que lo habían recibido otra vez con abucheos.

“No sé si renovará o no, pero no es un tema mío. Estoy muy contento con él a nivel profesional. Trabaja, entrena bien, juega media hora y marca diferencias. Hoy hemos visto al Dembélé que queremos. Creo que como club hemos sido inteligentes. Lo tenemos que aprovechar, es un talento”, reflexionó Xavi en su comparecencia posterior. Y así, una vez tras otra en la infinidad de veces que ha sido preguntado en sala de prensa, el extécnico del Al-Sadd ha mantenido su discurso a ultranza. Quizás pensando que poco a poco podía ir picando piedra en el subconsciente de Ousmane. 

SIN HACERSE ILUSIONES

Si pensáramos solo en el corazón, en lo que transmite a nivel emocional el de Vernon, nadie dudaríamos de que su futuro a corto y medio plazo pasa por quedarse en Barcelona junto a Xavi. El problema es que la experiencia de estos últimos meses nos hace actuar con cordura y ver que, en el otro lado de la balanza, el bolsillo juega un papel muy importante. En ocasiones (hasta el club lo dejó entrever en su momento), la percepción general era de que tenía algún precontrato o algo apalabrado con algún club. Pero los últimos acontecimientos nos indican que queda tela por cortar. Nadie se da por vencido.