Bienvenidos a la Quinta de Gavi

Xavi Hernández dio el pistoletazo de salida a la revolución de los jóvenes en el Barça

La exhibición ofrecida por Gavi, Abde, Jutglà o Nico anuncia el inicio de una nueva era en el Camp Nou

FC Barcelona - Elche: el golazo de Gavi en su estreno como goleador del Barça

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Gavi tiene 17 años y a esa edad, un sábado a las seis y media de la tarde, lo normal es estar con los colegas comiendo pipas en el banco de la plaza del pueblo mientras, desde algún móvil, suena reggaeton. No es lo más habitual plantarse en el Camp Nou, pedir el balón y decir “aquí mando yo”. Lo que hizo ayer este canterano de metro setenta y tres, la altura perfecta para triunfar en el Barça, nacido en Los Palacios (Sevilla), no es normal. No lo es. Agarró el balón, dijo basta, despejó rivales como si fueran conos y lo envió a la red. A la edad en la que sus coetáneos pasan las horas socializándose, Gavi decidió liderar la revolución de los jóvenes.

No prendió la mecha solo porque Xavi fue quien, desde su posición, le animó a ello arropándole con Abde (20) y con Jutglà (22), con Araujo (22) y con Èric Garcia (20). Todos ellos sub-23, todos ellos en el once inicial. Cuando la presión asfixiaba en el Camp Nou, el técnico dobló la apuesta y ordenó la entrada de Nico (19), Riqui Puig (22) y, ya al final, Balde (18). También todos menores de 23. Ni Coutinho, ni Luuk de Jong, ni mucho menos Umtiti. Xavi tomó la humilde, pero consciente decisión de alentar un movimiento que es ya imparable. El resto fue cosa de Gavi. Y de Nico, que aprovechó la asistencia de su compañero para hacer el tercero. En el banquillo, listos también para la insurrección, aguardaban Álvaro Sanz (20), Iñaki Peña (22), Mingueza (22) y Guillem Jaime (22).

Pronto se unirán quienes empezaron a mostrar el camino un año antes, Ansu Fati (19) y Pedri (19). Ya son mayoría, ya no hay freno que pueda detener una rebelión que amenaza con hacerse con el poder en un equipo necesitado de nuevas ilusiones, de gente que quiera comerse el mundo, de implementar un relevo generacional imprescindible para crecer. La juventud ha tomado el mando y quienes quieran sumarse son bienvenidos, pero antes deberán asumir que el futuro no les pertenece, que ya es propiedad exclusiva de una serie de futbolistas que ayer dieron a conocer su manifiesto con un discurso firme y contundente, educado, pero inequívoco, con el que anuncian el inicio de una nueva era.