Bartra, eternamente bajo sospecha

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Desde que Marc Bartra empezó a sacar la cabeza en el primer equipo del Barça tuvo que convivir con las dudas. No le ayudaron comparaciones desorbitadas (se habló del 'nuevo Piqué' o incluso se le apodó 'Bartresi'). Ni tampoco algunas jugadas, como aquel forcejeo con Bale en la final de Copa en Mestalla, del que salió tan mal parado. 

A Bartra se le colgó la etiqueta de central blando, a pesar de responder a menudo en situaciones de urgencia. A pesar, también, de dejar entrever que todavía era un 'producto' inacabado.

Cansado de ser solo un recurso de emergencia, al final decidió salir, en palabras del central, "de la zona de confort, la burbuja que es el Barça" y se buscó la vida.

Primero en el Dortmund, "un master". Y ahora en el Betis de Quique Setién, un equipo en el que encontró un estilo que parecía hecho a medida para su fútbol.

Un Betis con tres centrales a los que se les pide jugar lejos de la portería. Salir con el balón controlado. Y participar del juego para ser protagonistas. "Teníamos defensas que cuando les pedíamos apretar hacia adelante cuando perdíamos un balón, ellos se echaban para atrás", recordaba hace unos meses Setién para justificar su incorporación.

El carácter de Bartra, un tipo alegre y agradecido, además provocó un flechazo inmediato con la afición. Más aún tras conectar con Joaquín, uno de sus mejores amigos ahora en el vestuario. 

LA CONFIANZA DE SETIÉN

Setién está siendo una de las personas más importantes en la carrera de Bartra. Pocos entrenadores han estado tan encima del futbolista. Quizás por eso, por la estrecha relación que mantienen, el técnico habla con tanta honestidad del futbolista.

Una honestidad en la que caben también la críticas, como ocurrió en una entrevista reciente en 'Rac1' que tuvo un revuelo considerable. Las palabras del técnico sonaron a toque de atención. Pero también eran susceptibles de caer mal entre los béticos como así fue. 

"Hablamos para que él vaya mejorando. Que esté aquí no es un buen síntoma para él, sí lo es para nosotros, pero no para él. Estando en el Barcelona y estando en el Dortmund, muchas veces le digo que algo no estará haciendo bien para estar aquí en el Betis, un equipo que en teoría es menor que los otros dos en los que ha estado y con menor potencia", explicó.

Unas declaraciones que luego trató de matizar asegurando que se había equivocado. También en esa entrevista dejaba claro un aspecto en el que tenía que mejorar Bartra: la gestión de las emociones

"Es tremendamente impulsivo, le cuesta a veces controlar esas emociones, él quiere ganar el partido, quiere estar en todo. A veces le digo que mire a Piqué, que se fije en Piqué, cómo llega a todos sitios, no se altera nunca".

Setién advertía que Bartra sigue teniendo margen de mejora. Sobre todo cuando vaya adquiriendo más poso, más tranquilidad en su juego. "Hay que mejorar aspectos, controlar el estrés. Irá adquiriendo eso con el paso de los años".

Las declaraciones llegan tras un arranque de temporada irregular tanto del futbolista como de un Betis decimocuarto. De momento, Bartra es fijo en el once de Setién y cumplidos los 27 apunta a su madurez.

Nadie discute el impacto positivo del central en el Betis. Pero incluso, ahora, su nombre sigue agitando el debate entre los partidarios y detractores de un jugador especial.

Bartra se aleja de los lugares comunes que en otros tiempos definían a un central: el tipo al que todo el mundo señalaba como el más temido en un campo de fútbol.