Balde se atasca

El desequilibrio de Balde se ha diluido un poco en las últimas semanas. El canterano se está ajustando a un rol necesario para el equipo, pero que no le permite explotar tanto su explosividad. Con el cuadrado consolidado, Balde es el encargado de estirar el equipo en la banda izquierda. Y lo hace a la misma altura que Raphinha: cuando el Barça tiene el balón es un extremo más y cuando lo pierde tiene que cubrir muchísimos metros en defensa.

El agujero negro que amenaza la temporada del Barça

Fijar la banda le permite a jugadores como Joao Félix poder moverse con comodidad por dentro. Pero hacerlo tan adelantado hace que no tenga tanto campo para explotar sus conducciones. A pesar de su pasado como extremo, Balde es de esos laterales que marcan más diferencias llegando que estando. Algunas de sus mejores jugadas la temporada pasada -muchos aún recuerdan su eslalon ante el Madrid- llegaron conduciendo el balón desde atrás por el carril del medio.

Sus números ante el Mallorca

Ante el Mallorca, como ocurrió con el resto del equipo, no tuvo su mejor actuación. A Balde le faltó pulcritud en sus acciones y metros por delante. Intentó dos regates (salió vencedor en uno), perdió 13 balones y ganó cuatro de los 9 duelos.

Balde tiene un rol complejo que incluye muchísimo esfuerzo defensivo, ya que en el repliegue tiene que hacer muchísimos metros. A diferencia de la banda derecha, donde Cancelo tiene el apoyo por fuera de Raphinha, en la izquierda Joao Félix ocupa posiciones más interiores. El portugués es quien ocupa el extremo izquierdo cuando el Barça no tiene el balón, pero cuando hay una pérdida en una zona comprometida Balde tiene muy poco tiempo (y mucho campo por correr) para acompañar la línea defensiva.

La temporada pasada a Balde ya le tocó irse reciclando, cuando Xavi consolidó el cuadrado, pero en esta aún se ha subrayado más su papel como extremo izquierdo, una de las posciones más exigentes de la estructura actual del equipo.