Artemio Franchi, un hombre que dejó huella en el fútbol europeo

El estadio donde jugará hoy el Barça lleva el hombre de un florentino ilustre que hizo crecer el fútbol.

El Barça tendrá hoy el privilegio de ser el invitado al partido de homenaje a una de las personalidades que fue más respetada en el fútbol italiano y europeo. La Fiorentina y el conjunto blaugrana rendirán hoy tributo a Artemio Franchi, un dirigente que dejó huella y que da nombre al estadio donde el conjunto toscano disputa habitualmente sus encuentros. El choque conmemorará los 25 años de su muerte en un accidente de tráfico cuando era el presidente de la UEFA.

Franchi dirigió el máximo organismo del fútbol europeo desde 1972 hasta 1983, cuando tenía 61 años, y su vida quedó cortada de forma trágica. A su cargo como presidente de la UEFA, también añadió el de presidente de la federación italiana (1967-76 y 1978-80) y de vicepresidente de la FIFA a partir de 1973, donde anteriormente ya había efectuado funciones como miembro del Comité Técnico.

Su ascenso dentro de la UEFA llegó después de haber dado diversos pasos a nivel interno. Desde 1962 participó en distintos comités, abordando diversos asuntos como la organización de la Copa de Europa de clubs, el arbitraje o los temas disciplinarios.

La UEFA, a través de su actual presidente, Michel Platini, ha reconocido su contribución a la modernización de las competiciones de la UEFA, especialmente al doblar el número de selecciones participantes en el campeonato de Europa a partir de 1980 en Italia (se pasó a una fase final de ocho equipos). Además, transformó la Copa de Ferias en la Copa de la UEFA que conocemos actualmente.

Artemio Franchi era un personaje que hacía gala de una gran diplomacia, querido en toda la Europa futbolística, con un alto nivel cultural y cargado de iniciativas para mejorar un deporte al que tradicionalmente le ha costado mucho evolucionar. Reducir la violencia en el juego y prestar mayor importancia a las categorías inferiores fueron dos de sus objetivos. Franchi sabía que el futuro del fútbol pasaba por potenciar la cantera y, por ello, intensificó sus esfuerzos en trabajar con las vistas puestas en los jóvenes.

El ex dirigente era una persona muy admirada en Italia y el Siena, la ciudad donde murió, también juega en un estadio que lleva su nombre.

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