Fiesta en memoria de un equipo que también hizo su historia

25 años de la Liga del "Urruti, t'estimo"

El penalty de Valladolid y sus protagonistas merecen un justo reconocimiento a su gran gesta

David Salinas

El 24 de marzo de 1985 el FC Barcelona cantó uno de los alirones más esperados por la afición. Mañana se cumplen 25 años de aquella memorable conquista en Valladolid que dejó esa sensación de triunfo contra todo y contra todos… El club, para recordar a los héroes de esa Liga, la décima en la historia de la entidad, ha querido reunirlos y, para ello, ha organizado un homenaje antes del duelo frente a Osasuna.

Una manera de recuperar la memoria histórica del barcelonismo, de devolver al primer plano a una plantilla que dejó grandes sensaciones en un momento complicado, pues era el primer curso después del paso de Diego Armando Maradona y en el que se había dado la dirección técnica a un entrenador desconocido como Terry Venables, procedente del Queen's Park Rangers y bajo recomendación de Bobby Robson, el objetivo inicial, pero imposible al estar al frente de la selección inglesa.

El Barça empezó el campeonato haciendo una demostración de fuerza: 0-3 en el Bernabéu. Con un juego en el que destacaba la presión, la proximidad entre líneas y el compañerismo. Paco Clos, delantero canterano de aquella época, recuerda que "experimentamos un cambio brusco porque veníamos de jugar con Menotti, tocar y tocar, y pasamos a hacerlo con Venables, con un fútbol de más presión, más físico. Ello ayudó a ganar la Liga porque los rivales no esperaban que jugáramos así, no estaban acostumbrados. Fue algo que nos benefició, un cambio radical".

Gerardo Miranda, defensa canario, tiene claro que "el 0-3 en Madrid nos marcó. Nos dio confianza. Fue la pauta. También Terry, claro, que trajo un esquema de juego que funcionó bien porque daba igual quien jugara... Fue una Liga que disfrutamos".

Y José Vicente Sánchez, uno de los capitanes, rememora que "el 0-3 fue clave" porque "nos dimos cuenta que había un buen equipo, que la gente estaba para ganar la Liga, pues muchos de nosotros no la teníamos y era el momento de saldar una vieja cuenta". 'Tente', todo entrega y con una hoja de servicios impecable, entiende que la llave del éxito fue "la buena base que había nos permitió ganar el título a falta de cuatro jornadas" y "el trabajo que hicimos, tanto táctico como estratégico, muy importante. La prueba está en el elevado número de goles que anotaron los defensas".

Líderes desde la primera jornada, el Barça empezó con la moral por las nubes. Pero justamente en la segunda jornada temblaron los cimientos del fútbol cuando los profesionales se declararon en huelga. Se acordó que jugaran los equipos amateurs y el Barça lo hizo con el FC Barcelona C, dirigido por Lluís Pujol. "Sólo hay que imaginar lo que supuso jugar ese partido contra el Zaragoza. Nosotros estábamos en Tercera y ese día saltamos al Camp Nou para defender el liderato del primer equipo", recuerda.

El entrañable Pujolet guarda con cariño aquellos momentos. "Nos concentramos en el Hotel Presidente, algo que nunca hacíamos, nos vino a ver Gaspart y Terry me prometió que en caso de victoria me daría la mitad de su prima, unas 300.000 pesetas. ¿Alguien las vio? Yo, la verdad, no". De todas formas, Pujol recuerda "con orgullo" lo sucedido. "Una historia inolvidable", confiesa.

La Liga se resistía desde 1974 y en la primera bola de partido, el 17 de marzo en el José Rico Pérez, se desperdició la oportunidad de 'campeonar' por culpa de un penalty en el minuto 88 que significó el 1-0 para el Hércules. El calendario quiso que el Barça volviera a jugar lejos del Camp Nou, ahora en Valladolid. Y en Zorrilla, en la jornada 30ª, tenía que caer el título como fruta madura. Dos puntos le faltaban a los de Venables para cerrar el campeonato. Y con 1-2, a falta de tres minutos, ¡otro penalty en contra! Ver para creer. El título volvía a aplazarse en caso de empate.

Fue el salvadoreño 'Mágico' González quien se encargó de ejecutar el máximo castigo y Urruti, en esta ocasión sí, de evitar que el cuero se alojara en la red. De ahí su reacción desmedida, casi embrujado, gritando y dedicando una 'botifarra' "a tanto agravio e incomprensión para con el Barcelona", confesó días después. Y de ahí que Joaquim Maria Puyal quedara hechizado con la parada del guardameta y diera rienda a sus sentimientos para relatar con el corazón un momento histórico. Repitió una y mil veces "¡Urruti, t'estimo!" y su voz no pudo ocultar la emoción de una conquista que algunos parecían querer negar a base de penalties.

En cualquier caso, el triunfo dejó al Barça con 48 puntos a falta de 8 por jugarse. El Atlético, con 40, sólo podía empatar, pero tenía el goal average con los barcelonistas en contra. Así pues, alirón por todo lo alto en Zorrilla y explosión de júbilo en Canaletas. Y el lunes 25, fiesta en la Plaça de Sant Jaume.

Para Clos, autor de uno de los goles en la 'final' de Valladolid, el recuerdo de esa Liga "es inmejorable" porque "hacía mucho tiempo que no la ganábamos. Fue maravilloso porque había mucha gente de la cantera, como ahora. Fue fenomenal". "¿Qué pensé cuando nos pitaron el penalty en Valladolid? Pues ¡otra vez a esperar! Pero gracias a Dios, Urruti adivinó el lanzamiento de Mágico...". Agrega, por el homenaje, que "mi agradecimiento a la afición es eterno porque si somos algo es gracias a ella. Que te recuerden después de 25 años gusta y que reconozcan que has sido importante, también".

Gerardo recuerda que después de la experiencia de 1982, cuando la Liga voló en las últimas jornadas, "la idea era terminar cuanto antes, cantar el alirón pronto. Fue increíble, sensacional. Gracias al club por acordarse, le llevo en mi corazon. Fue una gran satisfacción aportar mi granito de arena. Y ahora, a contar batallitas".

Para Sánchez "en ese equipo había buena base y la mayoría de jugadores nos conocíamos de antes. Fuimos líderes desde el primer momento y eso fue clave... Nos quitamos un peso de encima".