Peugeot 308 GTi

Peugeot 308 GTi, garras bien afiladas

La versión deportiva del 308 hace honor a las siglas GTi, pero se conduce con facilidad

DE CARRERAS. El interior del 'cockpit'  está pensado para trasladar al usuario incluso las sensaciones de circuito.

DE CARRERAS. El interior del 'cockpit' está pensado para trasladar al usuario incluso las sensaciones de circuito.

M. ÁNGELES PUJOL / Oporto

Las siglas GTi son sinónimo de deportividad al máximo nivel. Peugeot las aplica a aquellas versiones de sus modelos de calle a las que quiere darles este toque. Este es el caso del nuevo 308 GTi que ahora llega al mercado. Lo tiene todo para satisfacer al más exigente en materia de prestaciones, pero también puede conducirse como un coche de lo más normal, sin que el conductor tenga que sentirse forzosamente un Lewis Hamilton.

PREPARACIÓN ESPECÍFICA El 308 GTi ha sido desarrollado por Peugeot Sport, que ha volcado en él todo su buen hacer. El trabajo más concienzudo se ha realizado en el motor y en el chasis. La base mecánica es el 1.6 litros THP de gasolina del que se han producido dos variantes con 250 CV  y 270 CV. Sobre este motor se han hecho diversas modificaciones en algunos componentes. Así, la presión de la inyección directa se ha elevado a 200 bares, se ha optimizado el intercooler y el escape, el turbocompresor ofrece una presión máxima de 2,5 bares, la tasa de compresión se sitúa en 9,2 a 1 y a todo ello hay que añadirle unos pistones forjados en aluminio y bielas y segmentos reforzados. En ambas versiones la caja de cambios es manual de seis relaciones y se ha reforzado para trabajar con la máxima exigencia.

El capítulo de prestaciones es bien elocuente. La velocidad máxima se sitúa en los 250 km/h y se puede pasar de 0 a 100 km/h en tan solo seis segundos. En ambas versiones el consumo mixto homologado es de tan solo 6 litros, pudiendo ir tanto con gasolina de 98 octanos como de 95. Lo cierto es que la respuesta al acelerador es muy rápida y generosa.

MUCHO TRABAJO Otro apartado en el que se ha hecho un trabajo específico es el chasis. Las suspensiones se han reforzado y adoptan un reglaje específico con mayor dureza tanto en amortiguadores como en muelles que también se han acortado aunque tienen más extensión  por lo que la carrocería se ha rebajado 11 milímetros respecto de un 308 «convencional» y las barras estabilizadoras también se han modificado. Asimismo, los frenos, ventilados en las cuatro ruedas, se han sobredimensionado y llevan pinzas específicas. Las llantas de aleación de 19 pulgadas son dos kilos más ligeras que las convencionales de 18 pulgadas y van equipadas con neumáticos Michelin Pilot Super Sport 235/35. La dirección se ha optimizado a la vez que un diferencial Torsen garantiza una mejor adherencia en situaciones complicadas.

CAMBIOS ESTÉTICOS Si nos centramos en lo que es su aspecto y decoración, hay múltiples detalles específicos con respecto al 308 normal. Externamente se aprecia una parrilla delantera diferente, las llantas son de diseño especial y en la zaga se aprecia el  doble tubo de escape así como el logo GTi.

En el interior, los asientos, tipo bacquet con pespuntes rojos en las costuras, recogen muy bien el cuerpo y en el caso de la versión más potente van tapizados en cuero y Alcantara. Los pedales son de aluminio y no faltan detalles en rojo tanto en el volante como en la palanca del cambio.

El 308 GTi está disponible con seis colores de carrocería y una especial bitono en rojo y negro que lo hace aún más diferente.

Después de todo lo descrito, parece que el 308 GTi solo lo puedan conducir aquellos que buscan y quieren un coche prestacional y que solo se puede conducir en estas condiciones tan deportivas, pero nada más lejos de la realidad.

El 308 GTi se puede conducir con toda normalidad y con mucha facilidad, tanto en ciudad como por carretera, disfrutando de un coche que se mueve con muchas agilidad y ligereza pero que a la vez transmite una elevada sensación de seguridad en cuanto nos metemos por una carretera de curvas girando plano y sin oscilaciones o balanceos. El placer de conducción es máximo.