Jon Rahm, ¿el nuevo Fernando Alonso?

Al igual que sucedió con el asturiano y la Fórmula 1, el buen momento del vasco ha despertado el interés de muchos españoles por el golf. España tiene al número 1 del circuito 34 años después.

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Dicen quienes mejor le conocen que algo había en su mirada cuando de niño golpeaba una pelota tras otra en el club de golf de Larrabea (Álava). Su pasión por el deporte le permitió adquirir una técnica exquisita que ha ido puliendo a lo largo de los años hasta convertirse en el número 1 mundial.

Rahm se coronó como el primero del ranking el 19 de julio de 2020, 34 años después de que lo hiciese Severiano Ballesteros. Fue el segundo golfista español en conseguirlo y, 366 días más tarde, ostenta de nuevo este récord. Su victoria en el US Open no hizo sino ratificar la sensación que se palpaba en los mentideros del circuito. Quien más o quien menos sabía que este momento, el del vasco dominando como el enemigo a batir, iba a llegar.

Aterrizaba la pasada semana en The Open como el principal favorito en las apuestas de Betfair. Una tarjeta de +1 en la primera jornada acabó de un plumazo con sus opciones de triunfo. Pero el devenir de las jornadas, remando a contracorriente de viernes a domingo, ha dignificado la leyenda de Jon Rahm, que fue tercero en Reino Unido pero terminó con la sensación de ser el mejor de todos.

Un deporte que echaba de menos a un Rahm

El de Barrika sigue a sus 26 años el legado de los grandes nombres del golf nacional. Nuestra historia comienza a entenderse en la década de los 70. Fue concretamente en 1979 cuando Severiano Ballesteros, el padre del golf español, conquistó a sus 22 años The Open Championship. Con Seve empezó todo.

El cántabro, que había puesto ya a Gran Bretaña a sus pies, se metió también a los aficionados norteamericanos en su bolsillo cuando en 1980 se enfundó la Chaqueta Verde. Ballesteros era todo un ídolo mundial. España comenzaba a hablar de golf. Y el éxito de Seve impulsó la llegada a la élite de nuevos talentos.

Así, en 1984, el nombre de Chema Olazábal empezó a sonar con fuerza a nivel amateur. El de Hondarribia pronto se sumó a la lista de candidatos a los mejores torneos profesionales, aprendiendo cada movimiento personal y profesional de su maestro y elevando al golf español a la categoría de potencia mundial. Tras él llegaron Miguel Ángel Jiménez y Sergio García, con triunfos más irregulares pero protagonistas también de sendas trayectorias consolidadas. Aunque se echaba en falta la figura de un líder mundial.

¿Marcará una era?

Y entonces apareció Jon Rahm. El vasco, afincado en Estados Unidos, dio todos y cada uno de los pasos necesarios para llegar al punto en el que está hoy.

Hoy su historia nos hace recordar a la de Fernando Alonso. El asturiano enganchó al público a principios del milenio con sus victorias, atrayendo la atención hacia un deporte huérfano de cariño. A todos nos gusta ganar y tener al mejor de nuestro lado nos llevó a muchos a empezar a querer la Fórmula 1.

El golf en España cuenta con alrededor de 280000 practicantes para un total de 359 campos. Por cada uno que existe en nuestro país hay una media de 755 jugadores pero, en porcentaje, apenas el 0,6% de los españoles se decantan por este deporte.

No sabemos qué pasará con Rahm y con el golf. Pero lo cierto es que, hoy día, contamos con el mejor. Y ojo porque su próximo reto podría terminar con el himno nacional sonando y nuestra bandera en lo más alto. Tokio 2020 ya está aquí y Jon Rahm es el principal favorito para llevarse el oro. ¿Será ése el paso definitivo para que España se engache el golf? ¿Será Jon Rahm el nuevo Fernando Alonso?