Van der Poel vs Van Aert: la mejor rivalidad del ciclismo moderno

Mientras el mundo veía caer a un ídolo en 2011 con la confirmación de la sanción por dopaje a Alberto Contador, dos jóvenes de apenas 17 y 16 años comenzaban a dar sus primeras pedaladas en categoría junior en circuitos inhumanos de ciclo-cross. Uno holandés, Van der Poel, y otro belga, Van Aert.

Ambos comenzaban a hacerse un nombre dentro de esa categoría, monopolizando entre ambos casi todos los triunfos.

Sólo un pequeño grupo de personas fueron las afortunadas de atisbar el inicio de algo que todavía está lejos de terminar y al que posiblemente le queda lo mejor: hablamos de la rivalidad entre Mathieu van der Poel y Wout van Aert. Estos dos auténticos fenómenos han cambiado el ciclismo para siempre iniciando la era el ciclo-cross en el mundo de la ruta.

El inicio de todo tuvo lugar en el Mundial Junior de ciclo-cross de Koksijde 2012. Allí se dio la primera imagen de los dos en un podio, con Van der Poel ganando la partida a Van Aert y a toda la potente selección belga en lo que sería el preludio de lo que vendría después con años y años de mano a mano entre ambos.

Van der Poel ganó la partida en 2013 proclamándose campeón del mundo junior tanto en ciclo-cross como en ciclismo en ruta. Van Aert se encontraba todavía en periodo de maduración y esos reveses le harían aprender de cara al futuro, puesto que cuando alcanzó la plenitud física no mostró ningún tipo de piedad como su archirival.

La réplica de Van Aert

Al año siguiente, Van Aert tomó nota y pilló a contrapie a Van der Poel en los Mundiales de ciclo-cross sub-23, con una actuación para el recuerdo saliendo el primero y no cediendo en ningún momento esa posición. Fue el primero de muchos 'arcoiris' para el belga en su carrera, pero significó el fin de la dictadura de su enemigo Mathieu.

Durante los años siguientes las tuvieron de todos los colores y ya en la máxima categoría a partir de 2015. Van der Poel golpeó el primer año de profesionales de los dos ganando el Mundial de ciclo-cross por delante de Van Aert. El belga se tomó la revancha de esto ganando en su cara los tres Mundiales siguientes, mientras en las oficinas de cada uno se empezaban a acumular las ofertas para dar el salto al ciclismo en ruta.

Fue Van Aert, finalmente, el primero en aparecer por carreras de ciclismo en carretera teniendo un debut que llamó la atención de los mejores, hasta tal punto de que el Jumbo-Visma pagó una barbaridad -incluida una indemnización por ruptura de contrato al modesto equipo Verandas- para tener al belga en sus filas a partir de la primavera de 2019.

La rivalidad en ruta

Van der Poel, por su parte, se mantuvo fiel a la estructura de Alpecin -que le permite correr lo que quiere y cuando quiere- para dar a conocer al mundo su rivalidad en ese 2019 donde todo cambió para siempre. Van der Poel cosechó un histórico triunfo en la Amstel Gold Race, siendo considerado éste como una de las mayores remontadas de la historia del ciclismo.

Van Aert debutó en el Tour de Francia ganando la primera de las nueve etapas que suma en la actualidad convirtiéndose en el ciclista más vigilado de la ronda gala. La rivalidad entre los dos iría sumando y sumando episodios épicos en diversos monumentos del ciclismo: como el Tour de Flandes o la Milán San Remo.

Memorable fue el Tour de 2021, donde Van der Poel vistió más de una semana el maillot de líder con Van Aert disputándole hasta las metas volantes. Veremos si alguno de los dos se anima algún día a disputar una Gran Vuelta, pero lo que e sevigente es que ambos se han ido empujando el uno al otro para ir mejorando con los años.

Van Aert es a día de hoy uno de los corredores más completos del mundo siendo fácilmente top-5 del pelotón en sprint, contrarreloj y pavés. Van der Poel, por su parte, es el más explosivo en pendientes de gran desnivel siendo capaz de mover 2.000 vatios. Además es un auténtico prodigio bajando puertos, como ha demostrado recientemente en la Milán San Remo o siendo combativo ganando hasta ese premio en el Giro de Italia de 2022.

A día de hoy son dos ciclistas que levantan pasiones y por los que hay que pagar para ver una entrada. La mejor noticia de todas es que apenas tienen 28 años y que quizá su punto de máxima madurez en el ciclismo en ruta no haya llegado todavía. Nos quedan por escribir las páginas más doradas en una rivalidad que va a marcar época en el ciclismo moderno.