D'Alessandro, el otro heredero argentino de Maradona que se hizo brasileño

Este joven mediapunta zurdo y dinámico como el ‘Pelusa’ fue a principios de 2000 otro de los candidatos a ser heredero del ‘10’, pero estuvo muy lejos.

Tras despuntar en River Plate, su salto a Europa fue rocambolesco: acabó en el Wolfsburgo donde apenas brilló. También jugó en Portsmouth y Zaragoza.

Internacional de Portoalegre lo rescató hasta convertirlo en leyenda del combinado brasileño. Se retiró allí a los 41 años y con la nacionalidad brasileña.

Maradona nació el 30 de octubre de 1960

Maradona nació el 30 de octubre de 1960 / Iglesia Maradoniana

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El enfrentamiento del clásico sudamericano entre Brasil y Argentina trae siempre a la primera plana de la actualidad deportiva la historia de una rivalidad feroz que, sin embargo, encuentra también llamativos puntos de concordia y unión. Algunos incluso se han hecho carne en jugadores referencia para ambos lados. Es el ejemplo de Andrés D’Alessandro, ex futbolista argentino de 42 años que prometía a principios de 2000 ser un nuevo candidato a relevo de Diego Armando Maradona, pero que acabó envuelto en la bandera de Brasil después de que su carrera se desatara con Internacional de Portoalegre. Tanto es así, que este habilidoso mediapunta portador del ‘10’ allá donde jugaba acabó logrando la nacionalidad brasileña en 2022 en un paso administrativo que para el futbolista representó mucho más. “Un motivo de mucho orgullo”, declaró al poco de lograr su nuevo pasaporte.

Así que en estos clásicos entre Brasil y Argentina es difícil saber si D’Alessandro, nacido en la región de Buenos Aires en 1981, va con la ‘canarinha’ o la ‘albiceleste’. Un duelo que, a largo plazo, en lo que a las apuestas deportivas de fútbol de Betfair, llama la atención que tiene por ahora ganado Brasil y no la vigente campeona. Que el combinado nacional de Vinicius y compañía se haga en 2026 con su séptimo entorchado mundial tiene una probabilidad implícita mayor (15%) que la de Argentina (10%). Quizá este reparto de probabilidades no disguste demasiado a D’Alessandro, jugador con el ‘corazón partido’ entre ambos países.

Un raro salto a Europa

 

También hombre al que la presión de ser candidato a nuevo heredero de Maradona (algo que también sufrieron otros como Riquelme o Aimar, aunque en su caso sin nefastas consecuencias) hizo tambalear su carrera. Amamantado en las inferiores de River Plate, D’Alessandro, un mediapunta zurdo habilidoso, menudo y de gran velocidad (virtudes que también derrochaba el Pelusa), muy pronto llamó la atención de alguno de los grandes de Europa. Barça o Juventus entre otros.

Sin embargo, D’Alessandro escogió un llamativo camino que le hizo saltar a Alemania para enrolarse en las filas del Wolfsburgo, ahora medianía en la Bundesliga, pero a mediados de inicios de 2000, un equipo que fue capaz de plantar cara a Bayern de Múnich o Borussia Dortmund. De hecho, en 2008, este equipo fuertemente vinculado a la industria automovilística germana ganó el título de liga alemán. Fue el último que lo hizo más allá del dominio de Bayern y los resquicios del Dortmund. Pero en aquel equipo ya no estaba D’Alessandro.

Su aventura en Alemania apenas duró dos temporadas y media en las que sólo fue capaz de hacer 12 goles. Frustrado por la presión y enfrentado con el director deportivo, acabó cedido en el Portsmouth de la Premier e incluso en el Real Zaragoza, donde se marchó en propiedad antes de hacer una pequeña salida a San Lorenzo de Almagro. Pero ninguna de esas aventuras lograron encontrar al D’Alessandro que prometía en su última temporada en River, cuando marcó 14 goles en 40 partidos, amén de un rosario de actuaciones brillantes y gambeteos eternos.

El renacer de Internacional

 

Fue ahí cuando Brasil llamó a su puerta para sacar, en Internacional de Portoalegre, la versión que todos esperaban de él. Y eso que fue un riesgo. Costó 6 millones de euros, que para la época (2008) era notable inversión en Brasil. Pero con Internacional se agigantó hasta ser leyenda en tres etapas distintas: la primera de ocho temporadas, la segunda de cuatro y la última de sólo un curso. Al borde de los 41 años, y ya con la nacionalidad brasileña en el bolsillo, D’Alessandro colgó las botas con tiempo aún para hacer dos goles en su temporada de despedida.

Una carrera trufada de títulos en Sudamérica (el mayor, la Libertadores de 2010 con Internacional) y también con Argentina: en 2004 se proclamó campeón Olímpico en Atenas al frente de un equipo liderado por Bielsa y comandado en ataque por Tévez y el propio D’Alessandro. Con la absoluta no tuvo tanto recorrido, y solo disputó 24 partidos en los que marcó 3 goles, ninguno a Brasil, el país en el que este argentino encontró refugio hasta regalarle un pedacito enorme de su corazón.