Un Bayern con algo de fortuna se mete en la final de Copa

Un resbalón y un piscinazo decantaron el pase del Bayern para la final de la Copa alemana. El Werder Bremen, que un mes antes había caído por 5-0 en el Allianz, vendió cara su derrota y fue un equipo atrevido en muchos tramos del partido aunque sin la pegada necesaria ante un Bayern que tuvo más el balón y gozó de las mejores ocasiones.

Tras un inicio vertiginoso, donde el Werder respondía a los ataques locales saliendo con desparpajo a la contra, el Bayern le puso cerco a la portería defendida por Wiedwald. Un centro de Lahm que a punto estuvo de rematar en boca de gol Lewandowski precedió al tanto que abriría el marcador a la media hora de encuentro.

Alonso sacó un córner y Vestergaard, que marcaba a Müller, resbaló dejando al alemán solo para rematar a la red. Era el gol número 150 de Müller con la camiseta del Bayern. Casi nada.

En la segunda mitad, el Werder buscó la igualada con coraje, presionando arriba y asustando por momentos al Bayern. De hecho, le anularon un gol por falta dudosa de Bartels a Alaba.

Guardiola, que no lo veía nada claro, gastó los cambios en apenas 10 minutos, del 57’ al 66’, siendo Vidal, uno de los recién entrados al campo, decisivo para decantar la balanza. El chileno se tiró en el área y Müller convertía la pena máxima.

Con oficio, algo de fortuna y la dosis justa de pillería, el Bayern estará en la final.