Yves Pons, pasión por el basket pero también por la fotografía y la cocina

Ocho fichajes han llegado este verano al Bàsquet Girona, todos con sus virtudes y especificidades, pero seguro que ninguno con una vida tan llena y cargada de emociones como la de Yves Pons. El nuevo alero pívot del equipo de Salva Camps nació en Haití hace 24 años, con cuatro fue a vivir en Francia en una familia adoptiva que lo introdujo en mil actividades deportivas y culturales, y todavía tuvo tiempo de hacer el salto a los EE. UU. para estudiar y jugar en Tennessee , y llegar a debutar ni que fuera de manera testimonial a la NBA con los Memphis Grizzlies cuando jugaba con los Memphis Hustle de la G-League. Pons, que ya ha empezado a mostrar un físico portentoso y una facilidad insultante para saltar, rebotear y poner mates y tapones, llega a Girona procedente del ASVEL dispuesto a crecer a la ACB y ayudar el equipo «a acabar entre los ocho primeros».

De Yves Pons llama la atención su físico y su juego, pero también esta vida que lo ha convertido en un hombre inquieto. «Nunca me quedo en casa mirando la tele», confesaba en una entrevista previa a su llegada a Girona. Y es que el alero pívot tiene aficiones para todos los gustos. La mayor, la fotografía, que descubrió cuando solo tenía diez años junto a unos amigos y que hoy lo han convertido en un especialista de retratos que, incluso, hace negocio vendiéndolos. Una mirada a su instagram Yves Pons Photographer permite hacerse una idea de la calidad de sus trabajos. «Ayer estuve haciendo fotos por Girona», confesaba desde el pabellón de Palau, al final del entrenamiento.

JUDO, BAILE, SAXO...

«Crecí haciendo muchas actividades, como bien dice. Hice judo, he tocado el saxo, he hecho diferentes tipos de bailes (su madre era bailarina de jazz) y me encanta cocinar! Pero mi pasión indudablemente es la fotografía. Me encanta sobre todo fotografiar retratos. De hecho, se ha convertido también en un negocio para mí: tengo clientes y vendo mis fotografías. Es una gran pasión», dice el nuevo jugador del Bàsquet Girona. El hecho de haber nacido en Haití y, de muy pequeño, haber sido adoptado en Francia, también lo marcó: «Me marca mucho, sí. Considero que tengo una personalidad resistente. Todo el que me ha rodeado y el que me ha pasado en los años, me ha ayudado a formar tanto la persona como el jugador que soy hoy». Y en este presente el que más desea es aprovechar la oportunidad que le han brindado desde Fontajau. «He venido aquí para ganar experiencia y ser un jugador mejor, para disfrutar de más minutos y de más responsabilidad. Ojalá que el Girona gane muchos partidos y que aumente su presencia a la liga ACB», detalla.

Pons creció a Fuveau, en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul. Con 13 años, después de mostrar un potencial importante como jugador de baloncesto, se fue a París, para ingresar en la Academia INSEP, la misma donde se había formado, por ejemplo, Tony Parker. Allá definitivamente tuvo claro que disponía de suficiente potencial para poder ser profesional de este deporte. Asegura que más allá de tapones y mates puede aportar otras muchas cosas al equipo: "la defensa es uno de mis puntos fuertes, tanto adentro como fuera del perímetro, y además tengo buen tiro, lo he ido mejorando con los años». Mejoraba el tiro y mejoraban sus prestaciones en el baloncesto, a la vez que también era cada vez más preciso con el disparadero de su cámara. De las fotos que más orgulloso está son algunas de su etapa en Tennessee. «Desde que era pequeño tenía una buena cámara y hacía fotos increíbles», subraya.

DEL ASVEL AL GIRONA

Hizo de media la temporada pasada 3.7 puntos, 1.8 rebotes y 0.3 asistencias con el ASVEL en los más de 14 minutos que jugó por partido. Ahora tiene la oportunidad de continuar creciendo a Girona. Conocía el club y la ACB: «sé que subieron hace dos temporadas y que el curso pasado fue el de su debut a la liga, y que quieren continuar mirando en alto». No conforma con poco: «podemos acabar entre los ocho primeros». Sería una foto ideal.