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Frenos de disco en bicicleta de carretera: ¿problema o solución?

frenos de disco bicicleta

Uno de los temas más recurrentes en el ciclismo de carretera actual es la aparición de los frenos de disco. Su llegada al pelotón profesional y aficionado ha supuesto toda una revolución tecnológica, dando lugar a infinidad de opiniones y generando debates de todo tipo.

Muchos aficionados y enamorados del material ciclista llevaban mucho tiempo reclamando que los frenos de disco eran infinitamente mejores y que, por lo tanto, tenían que remplazar a los clásicos frenos de zapata. Su argumento era claro; mejor calidad y potencia de frenado, una mayor seguridad y sobre todo mejor control en el paso por curva.

Bien es cierto que simplemente era cuestión de tiempo que todo esto ocurriera y que los frenos de disco tenían que llegar al ciclismo de carretera en un momento u otro. Ahora bien, ¿realmente suponen un avance? Y, sobre todo, ¿su peligrosidad es tan grande cómo se comenta?

Más de uno afirma que todo esto de los frenos de disco en las bicicletas de carretera es un tema estrictamente comercial. Con la intención de despejar todas estas dudas he confeccionado este post. Una guía básica para que puedas decidir si comprar una bicicleta de carretera con frenos de disco o de zapata.

Beneficios de los frenos de disco en bicicleta de carretera 

Las ventajas de los frenos de disco son muchas y, realmente, parecen ser suficientes como para pensar que tarde o temprano terminarán remplazando definitivamente a los frenos de zapata.

Resulta indudable que la calidad de frenada es mucho mejor y que con el disco podemos apurar mucho más que con el sistema de frenado tradicional. Además podemos hacerlo sin miedo a que, tras un largo descenso, el freno pierda potencia o termine calentando demasiado la llanta.

Otro aspecto claramente favorable es su seguridad. El sistema de disco mantiene su calidad ante cualquier circunstancia climatológica.  En días de lluvia los frenos de zapata perdían mucha calidad y su tacto de frenada era realmente complicado de prever. Ahora con los frenos de disco, el freno mantiene su calidad y tacto aunque llueva, de modo que no será tan complicado interpretar la frenada cuando cambie la climatología. Este punto resulta claramente beneficioso para aquellos ciclistas  aficionados y con menos experiencia de pilotaje. Los discos les garantizarán seguridad y confort,  ayudando así a suplir un poco sus carencias técnicas.

Relacionado también con la seguridad cabe destacar que los frenos de discos responden mucho mejor ante situaciones inesperadas o ante posibles complicaciones. Los frenos de disco nos permiten frenar de forma mucho más rápida y ante una frenada de emergencia su distancia necesaria para detenernos también se acorta. El desgaste de la cubierta ante frenadas bruscas también ha quedado demostrado que es bastante menor.

Además los frenos de disco actuales destruyen por completo la creencia que existía en torno a la gran dificultad para montar y desmontar una rueda con discos. Simplemente es cuestión de práctica y cada vez se diseñan unos ejes y unos cierres más cómodos y rápidos de desmontar. Con lo cual a no ser que compitamos en ciclismo la pérdida de tiempo es muy poco significativa y no debería impedirnos para nada decantarnos por unos frenos de disco.

El último aspecto a comentar es su mantenimiento. Un mantenimiento rutinario, relativamente fácil de hacer y que, al igual que en el sistema de zapata, tiene que hacerse de forma periódica si queremos seguir manteniendo una buena calidad de frenada. La única diferencia reside en que en un sistema cambiamos el cableado y las zapatas de freno y, en el otro, purgamos los frenos.

Así pues con todo esto parece claro que los frenos de disco son mejores en prácticamente todos los sentidos: más potentes, más progresivos y con la misma respuesta y calidad ante todas las diferentes climatologías. Entonces ¿por qué todavía no se han instaurado definitivamente? ¿Dónde está el problema?

Inconvenientes

El problema fundamental reside en su peligrosidad. Especialmente para ciclismo a nivel competitivo. En caso de caída los frenos de disco se convierten en un elemento cortante realmente peligroso y, hasta el momento, no se ha terminado de encontrar ninguna protección con garantías para suplir este gran problema.

A nivel profesional la polémica está más que servida, y la UCI ha cambiado de opinión ya en diversas ocasiones. Decidieron prohibirlos tras el accidente de Fran Ventoso en una Paris Roubaix y actualmente los han vuelto a homologar para competir. De hecho, ciclistas como Peter Sagan compiten a diario con frenos de disco en su bicicleta.

Tom Boonen fue uno de los primeros ciclistas en competir con freno de disco

Otro handicap de los frenos de disco es su peso. Un sistema de freno con disco añade por lo menos 300 o 400 gramos más a nuestra bicicleta, sin embargo este lastre extra de peso es cada vez menor y se está investigando con nuevos materiales que aligeren los discos.

Además las llantas con frenos de discos no necesitan una banda de frenado tan reforzada, favoreciendo así la fabricación de llantas más ligeras, con lo cual una cosa parece compensar la otra.

Pese a toda la polémica que ha surgido entorno a su peligrosidad, diferentes fabricantes siguen apostando de forma clara por los frenos de disco hidráulicos teniendo muy claro que siguen siendo el futuro y que su implantación definitiva terminará llegando en poco tiempo, dejando a los frenos de zapata como un sistema desfasado y del pasado.

Veremos si finalmente los discos terminan imponiéndose y si, una vez más, la tecnología gana a los tradicionales frenos de zapata. En poco tiempo saldremos de dudas.

¿Frenos de disco o zapata?

La pregunta del millón no tiene una respuesta correcta. La compra de una bicicleta con frenos de disco o de zapata va a depender fundamentalmente del uso que le queramos dar a la bicicleta.

Como hemos visto el freno de disco aumenta significativamente la calidad y la capacidad de frenada por lo que seguramente sea la mejor opción si vives en zonas con muchos puertos. Además el disco es infinitamente mejor cuando rodamos con lluvia o condiciones climatologicas adversas. En definitiva si vives en Londres échate de cabeza a los discos, mientras que si vives en las baleares tal vez de interese más un freno de zapata para aligerar unos gramos a la bicicleta.

Por otro lado comentar que para la competición puedes utilizar los dos sistemas si bien para tu seguridad (especialmente en caso de compitas en categoria amateur) te diria que de decantes por la zapata.

El disco tiene una frenada más brusca y seca por lo que en caso de tensión, nervios o de cualquier reacción involuntaria dentro del pelotón la posibilidad de clavar rueda aumenta. En mi opinión la frenada más progresiva de un sistema de zapata puede resultar más interesante que la de un disco.

Como ves se trata de comprar el producto que mejor se adapte a tus necesidades y de hacerlo con el convencimiento de estar haciendo lo correcto.

Y tú, ¿eres más de freno de disco o de zapata?


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3 Comentarios

  1. A excepción de lo que dice el artículo en cuanto a la frenada en días de lluvia, que sí es verdad que es mejor con frenos de disco que con frenos de zapata, el resto no lo comparto en absoluto. Los frenos de zapata exigen muchísimo menos mantenimiento. Los frenos de zapata – los modernos, los que utilizabábamos en las bicis de niños en el pueblo no cuentan – funcionan exactamente igual que los de disco en términos de progresividad y potencia de frenado. Los frenos de zapata pesan menos, ¡300 o 400 gr según el artículo! Son más baratos. Yo desde luego no veo los frenos de disco en las bicis de carretera más que para que las marcas den una vuelta de tuerca más púramente comercial.

  2. No sé si la gente que no vive por el norte se da cuenta de las veces que salimos en bici y nos llueve. En el norte de Lugo casi todos los días excepto en verano. Aquí hay continuos sube y baja que si ya dan problemas por estar la carretera mojada no te digo nada con el viento del nordés que sopla todo el año aderezado con lluvia en las cuesta abajo y con curvas constantes. Yo los tengo en la bici de montaña y me acuerdo de ellos cada vez que salgo con la de carretera. He tenido constantes problemas en los tendones de la mano derecha por tener que bajar cuestas tocando freno desde el inicio hasta el final para que no se me celerara la bici porque sinó cuando quiero tocar el freno me voy en la primera curva y en muchas zonas de aquí no se lleva eso delquitamiedos, sales directamente volando.

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