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Cómo y cuándo usar cremas de calentamiento

Foto: David Dvořáček / Unsplash

Invierno es la época del año en que más pereza suele dar salir con la bicicleta. El frío y la humedad exterior echa para atrás a muchos ciclistas que prefieren quedarse en casa durmiendo o entrenar con el rodillo o la bicicleta estática (que por cierto, tiene algunos beneficios que quizá desconocías y que te contamos recientemente en este artículo).

Evidentemente salir con la bici en la época más fría nos obligará a ponernos ropa de invierno y varios complementos específicos, como guantes, chaqueta, camiseta interior… Pero además podemos añadir un elemento extra que aumentará la sensación de calor en los músculos y nos preparará para la salida.

Las cremas calentadoras nos preparan para la actividad física gracias a sus componentes activos. Existen distintos tipos de cremas, pero la base común es que entre sus componentes suele haber ingrediente irritante. En muchos casos es la famosa capsaicina, la sustancia química que hace que ciertos pimientos piquen.

Se trata de una sustancia que se encuentra en los chiles y que afecta a las células nerviosas de la piel que están asociadas con el dolor. Esto provoca una disminución de la actividad de estas células nerviosas y una menor sensación de dolor.

En definitiva, lo que consiguen las cremas calentadora o de calentamiento es:

  • Aumentar el flujo sanguíneo en la zona específica donde se aplican.
  • Proporcionar una sensación de calor.
  • Prolongar la actividad reduciendo la sensación de frío.
  • Preparar los músculos para la actividad física.

Cómo y cuándo aplicar la crema calentadora

Los fabricantes y especialistas recomiendan aplicarse la crema calentadora entre 20 y media hora antes de comenzar la actividad física. Y únicamente en la zona muscular a calentar, como pueden ser los gemelos, los isquios y los cuádriceps.

Además debido a la presencia de estas sustancias urticantes que son las que, a la postre, terminan generando esa sensación de calor, es importante lavarse bien las manos tras la aplicación. O incluso aplicarlas con unos guantes de látex pues suelen ser unas cremas difíciles de quitar incluso lavándose las manos.

El objetivo de los guantes es evitar que la crema entre en contacto con zonas más sensibles del cuerpo. En caso de tocarse los ojos, nariz o boca con las manos manchadas de crema calentadora se puede producir un tremendo escozor, pues son partes del cuerpo especialmente sensibles.

También es importante no aplicársela en zonas donde haya heridas o zonas previamente irritadas. Así pues, en caso de haberse depilado recientemente será mejor no usar una crema calentadora.

Peligros y precauciones de las cremas calentadoras

Así pues, tras su aplicación se consigue una sensación de calor que ayuda a “despertar” los músculos en los días de más frío. Además, puede aliviar ciertos los dolores musculares, por lo que algunos ciclistas lo usan casi como si fuera un medicamento (sin serlo).

Uno de los problemas de las cremas calentadoras es esa falsa sensación de calor que puede provocar un exceso de confianza sobre la situación muscular en la que te encuentras. Tras su aplicación puedes pensar que la musculatura ya está caliente cuando realmente no es así. Y realizar esfuerzos excesivos con los músculos fríos puede provocar lesiones y dolencias derivadas de tener la musculatura fría.

Cuando el frío aprieta es interesante utilizar este tipo de cremas, pero también es importante tener en cuenta cómo aplicarlas y las contraindicaciones que tienen. Eso sí, bienvenidas sean si lo que consiguen es que acabemos saliendo a rodar.


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