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8 errores a evitar en carreras de fondo

Errores comunes en carreras de fondo

Las pruebas de larga distancia requieren un tratamiento y una concentración especial y diferente a otras carreras más explosivas y más tácticas. Este “juego” de mayores requiere ciertas pautas para cultivar la prudencia y la paciencia de los aventureros en tan exigente disciplina.

Hoy os hablamos tanto de trucos sencillos que podrían parecer evidentes pero a menudo pasan desapercibidos, como de técnicas más difíciles de conseguir qué quizá estén al alcance de pocos. ¡Comenzamos pues con la lista que te hará más fácil tu vida atlética en la larga distancia!

1)No entrenar las condiciones meteorológicas de la competición.

Este primer punto es extensible a cualquier tipo de prueba, pero según incremente la distancia de la misma el factor climatológico tendrá más peso en el resultado final. Trata de emular en la medida de lo posible las condiciones que tendrá la carrera; está claro que si vives en Senegal y te has inscrito a una prueba en Siberia te va a resultar complicado, pero aunque sea en las franjas horarias merece la pena intentarlo.

Al organismo le encanta la rutina y odia las sorpresas, así que cuanto más suave sea el cambio entre tu rutina y la realidad de la carrera, más posibles problemas irás descartando.

2) Prepararse en terrenos y perfiles diferentes al de la carrera.

Para que lo entendáis bien, el tipo mejor preparado para volar en un 10.000 en ruta caerá cual chinche en un trail de montaña o en una prueba de obstáculos. Si hay cuestas prepara la fuerza en el gimnasio y en circuitos con desniveles adecuados.

3) No alimentarse e hidratarse a tiempo durante la carrera.

Cuando estás en forma te invade el fantasma de la inmortalidad, y es harto importante luchar contra este. Aunque no tengas sed trata de ir bebiendo, y aunque a mitad de la carrera no tengas hambre trata de comer algo, máxime si hablamos de tiempos totales que superen las tres horas. Si te hidratas o te alimentas tarde (con sensación de sed o hambre) no podrás salir del agujero, porque no asimilarás lo que ingieras y probablemente te provocará náuseas: #toolate.

4) Calcular mal el tiempo para llegar a la prueba.

Si vas justo de tiempo por cualquier circunstancia, consumirás energía y concentración estresándote por el riesgo de llegar tarde al pistoletazo de salida. Y por el contrario, si llegas con demasiado tiempo de antelación deambularás como un zombie por un perímetro de seguridad cercano a la zona de salida, perdiendo esfuerzo y dándole vueltas a la cabeza hasta sufrir el hastío de los redundantes pensamientos que afligen a un corredor nervioso. Si además se te ocurre tomar un café (u otro más) para matar el tiempo, los nervios podrán llegar a apoderarse de ti.

Tarde o temprano son dos opciones indeseables, así que trata de afinar la puntería con la hora de llegada para no sufrir por estrés ni por aburrimiento.

5) Hacer experimentos extraños víctima de los nervios.

Que estos no te nublen la vista, trata de mantener tu rutina general: ingiere los mismos alimentos que hasta ahora te han funcionado, usa tus zapatillas más fieles, asegúrate de lubricar tus puntos de roce como ingles, axilas o pezones, y en general evita errores de bulto que por simple falta de concentración pueden hacerte fracasar en una competición.

6) Cargarse de responsabilidad.

Nos lo tomamos en serio, muy en serio… Eso no diré que está mal, incluso voy a decir que está bien; como dice la estrella del MMA Conor McGregor “If you’re not willing to go all the way, you won’t go anywhere” (si no estás dispuesto a llegar hasta el final, no llegarás a ningún lado). Pero vamos a disfrutar y a tomarlo con calma. A veces caemos víctimas de nuestras propias pretensiones, colocándonos metas demasiado elevadas, retos quizá fuera de nuestro alcance o de difícil consecución.

Hay muchos factores contra los que luchar como para que tú mismo te sabotees. Si las cosas se tuercen San Pedro no te va a cerrar las puertas. Libérate de la presión y no te flageles cuando no alcances los números que había en tu cabeza. Correrás más. #takeiteasy

7) Creerse las propias fantasías.

Puede que la noche de antes soñemos con batir nuestra marca, o con quitarle las pegatinas en la recta final a los africanos que pintaban como favoritos, o con fastuosos festines rodeados de hermosas mancebas o mancebos que nos cuelan uvas entre los labios para honrar nuestra hazaña, y está bien. Fantasear es parte del juego, parte de la motivación y del disfrute… ¡el problema es creérselo! Incontables somos los que nos hemos flipado en la salida alguna vez para salir a un ritmo que no nos pertenece. Las consecuencias están bien descritas por innumerables ejemplos del día a día y en todas las casas sin excepción, y si no que se lo pregunten al pobre Joshua Cheptegei, que mordió el mazo sin pudor en el campeonato del mundo de campo a través en Kampala.

8) Tirar en competición.

Está bien colaborar en el grupo con el que te ha tocado compartir el viaje atlético, pero de ahí a ofrecerte en sacrificio al dios del ritmo va un trecho. Sobre todo si hay viento, no seas pardillo y protege tus intereses. Muestra generosidad en la medida de tus posibilidades pero no saques pecho por alguna cuestión de ego que caerá en saco roto. Aprende a leer la carrera y cuídate para maximizar tu efectividad. Puedes pertenecer al conjunto de los gloriosos guerreros que morían en la primera línea de batalla (con la diferencia de que aquí no hay ni guerra ni gloria) o al de aquellos que ganaban y a posteriori celebraban la victoria. #túmismo


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