Entre la revancha y la obligación

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Alejandro Alcázar

El Real Madrid vuelve a verse las caras con el Leganés, que le apeó sorprendentemente de la Copa del Rey, pese a ganar en Butarque (0-1) y patinar en la vuelta en el Bernabéu (1-2).

Los blancos tocaron fondo ante los pepineros, crisis que intentan dejar atrás desde entonces. Han mejorado la pegada, 18 goles en cinco partidos, y recuperando el espíritu de equipo perdido durante toda la temporada.

Una mejoría que mide ante un rival que le pintó la cara y ante el que dejaron cuentas pendientes que puede saldar este miércoles. Necesita los tres puntos para escalar a la tercera plaza y adelantar al Valencia, en el compromiso de Zidane de “quedar en LaLiga lo más alto posible”. 

El técnico blanco ve brotes verdes después de la tortura a la que ha sido sometido por sus jugadores, sobre todo tras comprobar que el francés no se casa con nadie, que le importan un rábano el puesto, el vestuario y el Madrid, que se irá si no es feliz y ellos son los responsables de llevarle al límite. 

Sin fijos Zidane ha cambiado de plan. Ya nadie es fijo. Ni Cristiano, con el que pacta los descansos y que tendrá día libre después de jugar seis partidos en un mes en los que ha marcado 10 goles. Dejaría el ataque en manos de Bale y Benzema, que descansaron ante el PSG y el Betis, respectivamente.

Lesionados de peso

Sin  Modric,  Kroos y Marcelo, todos lesionados, el francés tiene que recomponer el equipo. Los único seguros hoy son Keylor, Carvajal, Casemiro Ramos y Varane. Acertar el resto es un ejercicio de adivinanzas ante el extraño libreto del francés para elegir onces.  Asensio, Isco, Lucas, Kovacic, Ceballos, Theo y Nacho por cuatro puestos

Garitano es más optimista. Recupera cinco jugadores respecto al partido en Girona, donde el Leganés ofreció una de sus peores versiones. Siovas y Gabriel vuelven al once, y dispone de Omar, Tito y Dos Santos que no estuvieron en Montilivi.

Tiene a su once titular para hacer frente a los blancos e intentar otra machada como la conseguida en la Copa. No será tan fácil ya que el Madrid de hoy nada tiene que ver con el de entonces, donde aparecían suplentísimos con los que Zidane no cuenta ni para viajar.