Silban, luego les pica

Andrés Iniesta vivió el miércoles en Amsterdam una situación tan inesperada como desagradable. El crack azulgrana vio y escuchó cuando saltó al césped del Arena como la afición holandesa le silbaba. Un acto tan incorrecto que incluso el seleccionador holandés Hiddink no dudó en descalificar a sus seguidores y asegurar que sentía vergüenza de ese acto.

Iniesta ha sido y es uno de los mejores jugadores europeos de los últimos años, pieza clave en el engranaje del mejor equipo de la historia (el Barça de Guardiola), puntal en una selección que encadenó de forma consecutiva dos Eurocopas y un Mundial, jugador de un trato exquisito con el balón y un crack dentro y fuera del terreno de juego.

A ese jugador los aficionados holandeses le pitaron. Y no vale la excusa de que fue el autor del gol que le ‘robó’ el Mundial en Sudáfrica. Esos mismos aficionados deberían haber silbado a los Piqué, Pedro o Silva por citar algunos de los jugadores que aquel día también derrotaron a la selección holandesa. Ese día, tras marcar el gol de la victoria, don Andrés le dedicó el triunfo a Dani Jarque, un detalle que solo las grandes personas pueden tener.

Y no fue un hecho aislado porque cada vez que tocaba el balón recibía el mismo trato. Eso sí, esos aficionados demostraron que aún les escuece la derrota. Y eso que ya han pasado más de cinco años.