Y regresó uno de los derbis más antiguos del mundo

Imagen del derbi vivido en Hillsborough

Imagen del derbi vivido en Hillsborough / Championship

Sergi Capdevila

Sergi Capdevila

Han pasado 124 años y aún se siguen rompiendo récords y estadísticas en el Steel City Derby (el 'Derbi del Acero', por la tradición acerera de la ciudad de Sheffield). Hace un siglo y medio que nació el Sheffield Wednesday y casi 130 años desde que lo hiciera el Sheffield United. En definitiva, un mareo absoluto de números que no hace sino hacerte pensar en que queda demasiado lejos para alguien nacido en los 90, en los 80 o incluso en los 70. Pero el fútbol es recuerdo y más cuando hoy en día aún sobreviven vestigios de aquello que nació un día de 1893 (a nivel oficial, puesto que en 1890 jugaron ya un amistoso).

Y es que el domingo 24 de septiembre lo tenían subrayado en rojo en sus agendas (antes de papel y pluma, ahora táctiles y electrónicas) los aficionados de los 'Owls' ('Búhos', como son conocidos los seguidores del Wednesday)  y de los 'Blades' ('Cuchillas', como se denomina a los supporters del United).

El partido (se disputaba a las 13:15 hora local) congregaba ya desde bien pronto por la mañana a parroquianos de ambos conjuntos en los aledaños de 'Hillsborough', estadio del Sheffield Wednesday construido en 1899 y que desgraciadamente fue el escenario de una de las tragedias más recordadas de la historia del fútbol. Pero en esta ocasión, por suerte, lo que iba a albergar era algo mucho más feliz para el aficionado de esta ciudad del centro de Inglaterra y para el fútbol inglés.

Cinco años después, uno de los derbis derbi más antiguos del deporte rey volvía a ver la luz. Más de 30.000 personas poblaban las gradas de un Hillborough que rugía como en las grandes noches (desde 1899 ha vivido unas cuantas). Como siempre, y a pesar de que los tiempos hayan cambiado y haya situaciones que despierten de su sueño a los más románticos del fútbol 'old school' (sin ir más lejos, el 50% de las acciones del United son propiedad del jeque saudí Al Saud y el propietario del Wednesday es tailandés), cuando el balón empezó a rodar todo lo demás quedó a un lado. 

El choque, como era de esperar, estuvo repleto de emoción, de goles y de lucha. Un ex del Wednesday, Leon Clarke, y Fleck pusieron por delante a los 'Blades' para el delirio de los miles de 'supporters' del United que ocupaban la zona de la afición visitante (más alguno infiltrado entre la muchedumbre local). Antes del ecuador, el ex del Norwich Gary Hooper recortaba distancias (1-2). Prometía emociones fuertes la segunda mitad y el portugués Lucas Joao igualaba la contienda con solo 24' por jugarse.

Pero lo que jamás había pasado en Hillsborough sucedió. Los goles de Duffy y de nuevo Clarke daban un contundente triunfo por 2-4 a un United que no había logrado jamás marcar esa cantidad de goles en el santuario del Wednesday en competición oficial desde aquel lejano primer derby de 1893. Los dos Sheffields luchan por regresar algún día a la élite del fútbol británico y medirse en un nuevo formato de Premier League que ambos han saboreado, pero que queda ya lejos en el tiempo. Ya ven, en el fútbol moderno, en el fútbol de los 'jeques', el capital extranjero y el marketing, aún hay lugar para la historia.