Siempre positivo

La nostalgia de ver jugar otra vez a Xavi

Xavi mostró un buen nivel en su regreso con Catalunya

Xavi mostró un buen nivel en su regreso con Catalunya / Valentí Enrich

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

El Barça no volverá a tener un futbolista como Xavi. El hombre que lideró el juego del mejor equipo de la historia no tiene (ni tendrá) sustituto. Y verle ayer, aunque fuera en un partido amistoso con la selección de Catalunya, provocó una gran nostalgia entre todos los culés. Volvimos a disfrutar con sus movimientos. Con sus pases. Con su control del tiempo y del partido. Con su elegancia. Con su inteligencia. Y es que su marcha provocó un vacío tan grande que es imposible de llenar. Ni Rakitic. Ni Arda Turan. Ni André Gomes. Ni Denis Suárez. Ni Rafinha… Ninguno de los futbolistas que el club ha incorporado en los dos últimos años han podido ejercer la función de Xavi. Porque es imposible. Xavi solo ha habido uno. Como solo hay un Iniesta. O un Messi. No son futbolistas ‘clonables’. Ni siquiera desde la cantera. Por eso ha existido un antes y un después de Xavi en el juego del Barça. Como existirá un antes y un después de Iniesta. Y, por supuesto, un antes y un después de Messi. Y provoca vértigo pensar en ello. Mucho vértigo.

Reconstrucción

Iniesta tiene ya 32 años. Y, aunque está negociando un ‘contrato vitalicio’, tendrá, irremediablemente, fecha de caducidad. Como le sucedió a Xavi. Y como le sucederá a Messi. Aunque el argentino tiene tres años menos (29) que el centrocampista de Fuentealbilla. El problema del Barça es que no hay remedio al inexorable paso del tiempo. Y que esta directiva, presidida por Bartomeu, tendrá la terrible responsabilidad de construir un equipo sin Iniesta. Y sin Messi. Ya lo está haciendo. Con André Gomes. Y, por supuesto, con Neymar. Pero los sustitutos de los cracks no están, de momento, a la altura de los genios. Y, sinceramente, no creo que lo estén nunca. Por eso, la tarea de la directiva (de esta o de la siguiente) será una misión imposible. Y tendremos que acostumbrarnos a ver, en el futuro, un Barça muy diferente. Y, sin duda, peor… Disfrutemos mientras podamos...