Con Neymar se está en otra dimensión

La fe de Neymar

La fe de Neymar / EFE

Albert Masnou

Albert Masnou

Otros años, a estas alturas de la temporada, en estas mismas fechas, Neymar no estaba en Barcelona con sus compañeros. Ni en la Ciudad Deportiva bailando antes de empezar un entrenamiento ni abrazado a Messi en el Camp Nou con el puño en alto después de una gesta europea. No estaba ni vestido de corto. Casualmente, siempre por estas fechas, había recibido algunas tarjetas que acarrearon sanción y que le impidieron jugar algún partido. Y casualmente, en ambas ocasiones se había desplazado a Brasil para celebrar el cumpleaños de su hermana Raffaella. Una fiesta en la que Neymar iba con americana y pajarita para el fiestón de su hermana. Dos realidades muy diferentes. Será que Neymar se hace mayor.

A sus 25 años, llegó a Barcelona con 21, Neymar ha dado un paso definitivo para demostrar que está en el Barça para algo más que acompañar a Messi. Hasta ahora, Neymar asumía un rol secundario y solo cuando el guión lo exigía (lesión de Messi) asumía galones de líder. Sin llegar a discutir quien es el número 1, esto no es el debate del barcelonismo, el paso delante de Neymar es clave para el Barcelona porque un jugador así te permite alcanzar otra dimensión.

Neymar tendrá muchas virtudes, muchas; algún que otro defecto, también; pero sobre todo unas agallas impresionantes, esas que le permite ganarse el reconocimiento del propio Messi. Neymar tiene ese descaro propio de los más grandes, es tan aguerrido que le impide bajar los brazos pese a que le den palos por todos lados. En este sentido, Messi debe sentirse reconocido en Neymar porque, como él, cuando más palos le dan, más adversidades hay, más difíciles son las circunstancias es cuando da lo mejor de sí mismo. Neymar es una benición para Messi y para el barcelonismo.