Blancos ¿y radiantes?

Cristiano Ronaldo diseñó un plan después de comprometerse con el Madrid

Cristiano Ronaldo diseñó un plan después de comprometerse con el Madrid / sport

Carme Barceló

Carme Barceló

No sé si es la sobredosis de bodas que me rodea y me agota pero ayer pensé que ese exceso me había vuelto daltónica. Una, que lleva mucha ‘mili’ hecha en estos temas, ya se vio venir el filtro que iban a pasarle al ‘affaire Cristiano’, pero superaron mis expectativas. Tras la denuncia de fraude al portugués, el blanco desapareció. Y de manera consciente, como la Fiscalía dice que actuó el jugador. Vi a CR7 en los medios afines con camisetas rojas, verdes, traje de calle... pero con la equipación del Real Madrid, poco o nada. Debe ser que el matrimonio entre The Best y el club merengue contempla un Pantone específico para asuntos relacionados con Hacienda. Blancos y radiantes, con las campanas -con ‘n’ y con ‘ñ’- repicando sin cesar celebrando los éxitos. Pero al santo lo desvisten rápido cuando pintan bastos. Parece que una llamada del Ser Superior es suficiente para colocarle a Cristiano con cualquier uniforme que no sea el del club que le paga. O para evitar encuestas que se hicieron en su día del tipo “¿Deberían encarcelar a Messi?”. O para alentar aquel juicio mediático al que sometieron al jugador argentino. O para minimizar los hechos y multiplicar la comprensión. 

Porque la que se quedó blanca fui yo cuando escuché que los mismos que hablaron de cárcel para Leo consideran ahora que “ellos no saben lo que firman y confían en sus asesores”. Dulcificar el escándalo, informar lo justo y hablar del tema en tono pausado y con la boca pequeña. La presunción de inocencia, por supuesto, como coletilla de cada comentario o editorial. Javier Tebas se autoinvitó a la fiesta, claro. Como cantaba Cecilia, necesita ser el novio en la boda, el niño en el bautizo y el muerto en el entierro con tal de dejar su sello. Tampoco escuché o leí muchas comparaciones numéricas entre ambos casos. El fraude tributario de Cristiano triplica al de Messi, al que el Abogado del Estado comparó con “el capo de una estructura criminal”. A Leo le multiplicaron la pena sin piedad. La mediática y la del corazón.