El portugués alaba el papel de los árbitros

Mourinho tiene un nuevo motivo para ser feliz

Al técnico del Madrid le conviene ahora elogiar a los colegiados y olvidarse de los errores en contra del Barça

SPORT.es

La relación de José Mourinho con los árbitros es lo más parecido a una montaña rusa emocional: del odio al amor, de la noche a la mañana, siempre en función de cómo le haya ido en su último partido, capaz de denunciar un complot arbitral a nivel europeo y unos días después, deshacerse en elogios a un colegiado en particular. Ayer, al técnico portugués le tocó ofrecer su cara más amable dedicada a los colegiados de Primera división. “Hasta ahora están haciendo muy bien su trabajo”, dijo, “y cuando lo hacen bien estamos tranquilos”. No es para menos: al Madrid ya le han pitado tres penaltis a favor y al Barça, ninguno.

El Barça es líder, pero a pesar de los árbitros, porque al equipo de Pep no le han señalado ningún penalti a favor en los seis partidos de Liga que ha disputado, y eso que no han faltado ocasiones. A Leo Messi, por ejemplo, le hicieron dos penaltis clarísimos en Mestalla, uno de Rami en la primera parte, que probablemente hubiera comportado la expulsión del francés, que ya tenía una amarilla, y otro de Miguel, ya en el tiempo de descuento, con 2-2 en el marcador y que hubiera dado la victoria al Barça en caso de transformar el lanzamiento en uno de los campos más complicados del campeonato. Messi acabó el partido lamentando ambas acciones ante Velasco Carballo, pero del argentino no salió una palabra de queja en la sala de prensa. Tampoco su entrenador ha hablado de los árbitros, aunque tras ganar en El Molinón recordó que Messi “nunca se tira, si se cae es porque le tiran”.

Precisamente en El Molinón el pasado domingo, un pisotón de Miguel de las Cuevas (Sporting) al argentino del Barça en el área rival volvió a quedar impune, como es costumbre en las últimas semanas. El Barça es el equipo que más y mejor remata y que por lo tanto, con más frecuencia llega al área del equipo rival, pero los árbitros han preferido mirar para otro lado en caso de duda antes que señalar un penalti a favor.

No ocurre lo mismo con el Real Madrid. A los de Mourinho ya les han pitado tres penaltis a favor en seis partidos, es decir, uno cada dos jornadas. Dos de ellos llegaron ante el Rayo Vallecano después de que el conjunto franjirrojo se hubiera adelantado en el marcador, con el arbitraje de Paradas Romero, que nunca ha señalado un penalti en contra del Real Madrid. En cambio, el colegiado andaluz ha dirigido al Barça en seis ocasiones, con un penalti en contra del conjunto blaugrana y ninguno a favor.

Y el tercero, ante el Getafe, en una acción más que discutible: `Cata¿ Díaz derribó a Cristiano Ronaldo fuera del área, pero el jugador portugués cayó dentro y Clos Gómez no dudó en señalar penalti. El colegiado aragonés también ha pitado más penaltis a favor del Real Madrid (seis) que en contra (dos). Curiosamente, con el Barça, las cifras se igualan: en ocho partidos, una pena máxima a favor y otra en contra.

“Espero que este año nos llevemos mejor”, apuntó Mourinho ayer cuando le tocó valorar su relación con los árbitros durante la recogida del premio al mejor entrenador de la pasada temporada que le otorgó el diario `Marca¿ de manos de Alfredo di Stefano. Tan sintomático como irónico, `Mou¿ destacó la labor de los árbitros en los primeros compases de la temporada y volvió a poner de manifiesto su buen `feeling¿ y su admiración por el valenciano Mateu Lahoz, que recibió el premio Guruceta como mejor colegiado del pasada temporada. “Lo hemos hablado mucho en el vestuario, él deja jugar y eso siempre es bueno, el jugador lo agradece”.

Pero no siempre ha sido así. Sin ir más lejos, tras la derrota del Real Madrid ante el Levante, Mourinho, esta misma temporada se quejó amargamente de la labor del colegiado Turienzo Álvarez, a quien acusó directamente. “La culpa ha sido del árbitro y de Khedira”, dijo sin complejos.

La pasada temporada, la primera de Mourinho en el Real Madrid, estuvo plagada de enfrentamientos con los árbitros, para no perder la costumbre de su paso por Portugal, Inglaterra e Italia, donde protagonizó varios casos muy sonados en contra del estamento arbitral, al que siempre ha utilizado en función de sus intereses, aunque su punto de mayor crítica llegó el año pasado, tras la ida de las semifinales de la Champions, cuando puso el grito en el cielo por los arbitrajes europeos.