MI VERDAD

¡No se puede pedir más! El triplete es posible

Luis Enrique ha conseguido que los jugadores a nivel físico estén mucho mejor que la temporada anterior

Luis Enrique ha conseguido que los jugadores a nivel físico estén mucho mejor que la temporada anterior / sport

Josep Maria Casanovas

EL REVULSIVO MÁGICO. El Barça llega al primer parón liguero del año en una situación privilegiada. Líder destacado en la Liga, con cuatro puntos sobre el Madrid. Clasificado para cuartos de la Champions por méritos propios frente al City. Y finalista de la Copa del Rey en calidad de favorito ante el Athletic de Bilbao. El panorama deportivo no puede ser más optimista. El deseado triplete no es un objetivo imposible. La trayectoria ascendente del equipo hacen concebir muchas ilusiones cuando se han ganado diecisiete de los últimos dieciocho partidos. Nadie más en Europa puede presumir de estos números. Se trata a partir de ahora de ir paso a paso, sin relajarse y midiendo muy bien todos los compromisos. Luis Enrique ha conseguido que los jugadores a nivel físico estén mucho mejor que la temporada anterior. La evidencia más clara la tuvimos el pasado domingo, cuando en la segunda parte el equipo arrolló por fortaleza y resistencia a un Madrid que no había tenido partido entre semana. Este es un punto importante a tener en cuenta. Y otro que no se puede olvidar es que las lesiones han respetado mucho al equipo, la enfermería no ha sido noticia esta temporada ya que apenas se han registrado lesiones, aparte del caso Vermaelen que ya vino tocado. La derrota de Anoeta fue el punto de inflexión de la temporada, el momento que marcó el resurgir de un Messi extraordinario que ha sido el revulsivo mágico que ha dinamizado a todo el equipo.

EL FONDO SOBRE LA FORMA. Mucho se habló de la relación entre el entrenador y los jugadores. Agua pasada. Las victorias lo curan todo. Cuando el viento sopla de cara los resultados vienen de la mano. Así es el mundo del fútbol. Los internacionales se han ido con sus selecciones tranquilos y contentos. Es como si tuvieran una semana de fiesta. Cambian de entorno, de compañeros y de normas. La selección, cuando no se juegan un título, es como una válvula de escape, como un reencuentro con la peña de amigos. Este parón liguero sabe a gloria en Barcelona y huele a polémica en Madrid. Florentino sigue pensando que Mourinho era mejor que Ancelotti aunque este le diera la Décima en un golpe de gracia de Sergio Ramos. En el Camp Nou se impone ahora el pragmatismo, el fondo sobre la forma. Es el estilo Luis Enrique. No importa tanto cómo se juega, sino lo que se gana. Es tan importante vencer que todo lo demás se da por bien empleado. Después de una temporada en blanco que parecía ser final de ciclo, conquistar títulos es imprescindible para volver a situar al Barça en la élite mundial.