MI VERDAD

Guardiola, pendiente del 'factor Tito Vilanova'

Josep Maria Casanovas

ALGO ESTAMOS HACIENDO MAL. Esta era una semana ideal para que Guardiola renovara. No hay partido entre semana, hay buen ambiente tras la goleada al Valencia y los jugadores, como si fueran una coral, han cantado las excelencias de su entrenador en los medios informativos. Pues bien, no solo no pasa lo que desea toda la afición, sino que encima sus declaraciones del pasado sábado han levantado una polémica que estamos convencidos disgusta al propio protagonista. Si se habla más del futuro de Pep que de los cuatro goles de Messi quiere decir que algo estamos haciendo mal entre todos. Alargar este culebrón tiene un riesgo, mejor dicho, un peligro, que se envenene el entorno. La directiva está atada de pies y manos. Rosell calla porque no sabe qué decir. El director deportivo, Zubizarreta, mira hacia otro lado. A los jugadores ya solo les falta que pongan una vela a Sant Pep. Es una situación que en los últimos años se había resuelto con bastante normalidad y que ahora se complica. Así y todo, seguimos pensando que cada día que pasa estamos mas cerca del “sí” deseado.

ME QUEDO, ME VOY. Para intentar entender las dudas que vive el entrenador del Barça vamos a ponernos en su piel. Si yo fuera Guardiola, tampoco sabría muy bien qué camino elegir entre dos vías contradictorias. Por un lado está claro que en cuatro años no se puede llegar ni más alto ni más lejos. Trece títulos en cuatro años es un palmarés excepcional, irrepetible. Esto nos podría llevar a pensar que un ciclo triunfal de cuatro temporadas es un balance muy positivo y hay que saber irse de los cargos cuando estás arriba, por la puerta grande. Además, está en deuda con su familia a quien no dedica el tiempo que le gustaría. En esta línea de pensamiento hay que reconocer que el desgaste físico y moral ha sido muy fuerte, no conviene tentar a la salud con sacrificios excesivos. Pero hay otra lectura. Estoy dirigiendo el mejor equipo del mundo, tengo unos jugadores fantásticos, hay un cuerpo técnico que en cierta medida depende de mi continuidad, seguimos ganando títulos, no hay motivo para irse a casa, lo mejor es seguir un año más, aunque sea el último. Entre estas dos alternativas se mueve Guardiola, yo en su lugar también pensaría muchos días en cerrar el ciclo.

TITO VILANOVA. Hay un tercer factor que tiene mucha importancia en la decisión final, el estado de salud de Vilanova, la opinión de su compañero de fatigas y alegrías. En el tema de la renovación Pep es como una caja fuerte, cerrado y reservado. No lo comenta con nadie. La excepción es Tito, es el único con quien lo ha comentado largo y tendido. Guardiola no se ve en el banquillo sin su amigo del alma. Recuerden solo el detalle de los premios de la FIFA, le dedicó de corazón el galardón de mejor entrenador. La recuperación va por buen camino pero el tratamiento es duro. Por dicho motivo, entre otras razones, pide tiempo para pronunciarse. Si continúa, quiere hacerlo con todo su equipo técnico. El Barça tiene un problema pero Guardiola es el primero que quiere resolverlo.