Massa fue el gran protagonista del día

¡Feliz Ferrari 2014!

Fernando Alonso y el presidente Montezemolo limaron asperezas en un viaje relámpago a Roma y en el tradicional almuerzo navideño en Maranello 

Laura López Albiac

Fernando Alonso pasa su último fin de semana del año en Maranello antes de comenzar sus vacaciones de invierno, que serán más breves que nunca teniendo en cuenta el desafío que les espera a todas las escuderías con el importante cambio de normativa en la F1 y la llegada de los motores V6 en 2014.

El viernes afrontó una intensiva sesión matinal en el simulador y después se subió a un helicóptero para acompañar al presidente Luca di Montezemolo a Roma, donde ambos participaron en un acto benéfico en la RAI 1 que recaudó fondos para la fundación que preside Montezemolo y que se dedica a la investigación de enfermedades genéticas. Un viaje que sin duda habrá servido para que ambos limen asperezas después de sus últimos y tan aireados desencuentros.

"Estoy satisfecho con cómo ha ido en el simulador. Pudimos completar el programa previsto y fue agradable volver a pilotar, aunque fuese virtualmente. Hemos repasado muchas ideas con los ingenieros: estamos tan solo al inicio de un proceso de aprendizaje que progresa constantemente y es un placer poder contribuir a ello", valoró Fernando en la web de la Scuderia. Ayer a mediodía, Alonso y Montezemolo volvieron a compartir mesa y buenos propósitos en el tradicional almuerzo navideño de Maranello, abierto a todos los pilotos de la marca del Cavallino Rampante, así como a los empleados de la fábrica, técnicos y comerciales del equipo.

El gran protagonista del día fue Felipe Massa, ya piloto de Williams, que asistió a la comida y a los posteriores festejos para despedirse de los que durante los últimos ocho años "han sido como mi segunda familia". El brasileño, muy querido en Ferrari, le regaló a Montezemolo el casco de su último GP, en Brasil y recibió a cambio el motor de su F2008. También participó en el popular encuentro de los Papa Noel de Ferrari con los más pequeños, los hijos de los empleados, que hoy repetirán la fiesta con niños de los colegios de Maranello y Medolla, una de las zonas más afectadas por el terremoto de Emilia Romagna en 2012.