LA PAÑOLADA

¿Quién teme a las urnas?

Joan Laporta se presenta a las elecciones del Barça

Joan Laporta se presenta a las elecciones del Barça / sport

Ernest Folch

Extraordinaria noticia: ya estamos todos. La confirmación de Joan Laporta como candidato eleva al máximo el listón de estas apasionantes elecciones, y exige una campaña impecable a todos, inlcuido a él mismo. En las últimas horas, quizás presos del pánico de la democracia, leemos comentarios sugiriendo escenarios preapocalípticos por culpa precisamente de unas elecciones que se preveen muy igualadas cuando algunos ya habían anunciado que serían un paseo. Hemos leído con asombro que por el bien del club sería mejor que se retirasen todos los candidatos excepto el presidente saliente, y esto lo escribe quien un día fue incapaz de convencer a los socios de su propio proyecto. Hay quien se lleva las manos a la cabeza porque en este nuevo escenario saldrán trapos sucios, ignorando que forma parte de la libertad de expresión tanto denunciar prácticas irresponsables como refutar tales denuncias. Y hay incluso quien expone que tras una batalla así el club quedará dividido, una forma de alarmismo interesada, que esconde que forma parte del juego democrático la convivencia de distintas visiones sin que esto implique ninguna fractura. Evidentemente habrá duros golpes dialécticos y competirán enfrentados varios modelos de gestión, pero lo que se nos presenta como nocivo es en realidad una gran noticia para el votante, que así verá cómo reaccionan cada uno de los candidatos ante los dilemas que se le plantean. A la sanción de la FIFA le debemos agradecer al menos que nos permita debatir sin el ruido de los fichajes de fondo: esta vez, predominará por suerte el debate identitario e ideológico: discutiremos de donde viene y hacia donde va el Barça, si debe haber y quien debe ser el patrocinador o por qué La Masia está en horas tan bajas. Ahora es el momento de recordar que el Barça ha llegado a lo más alto también gracias a su sistema participativo, que permite fiscalizar al poder, sea cual sea. Quizás algunos añonan un club oligárquico, estilo Florentino, tan estable que nadie discute a su presidente. ¿Quién teme a las urnas?