Palabra de director

Luces y sombras de una gran plantilla

El FC Barcelona 2016-17 cuenta con una plantilla completa y compensada en todas las líneas

El FC Barcelona 2016-17 cuenta con una plantilla completa y compensada en todas las líneas / sport

Ernest Folch

La foto final del Barça 2016-2017 da para muchas reflexiones, y muchas positivas: se ha aumentado la competencia, con una temporada más se ha mantenido la edad media de la plantilla, los refuerzos parecen solventes y tienen recorrido por delante, se ha dado la única salida posible a rémoras heredadas como Douglas y se ha asimilado con valentía muchas de las críticas que se recibieron en el tramo final de la temporada pasada. Pero la foto habla también, y sobre todo, de los equilibrios de mando dentro del club. Porque la plantilla definitiva demuestra que Luis Enrique ha recuperado terreno y ahora tiene algo muy parecido a lo que había pedido, síntoma del poder que ha ganado. El entrenador azulgrana ha sabido defender su posición ante la directiva para imponer sus peticiones y al mismo tiempo ha ganado crédito delante de su plantilla para poder hacer rotaciones o sustituciones, algo que en la temporada pasada se convirtió casi en un tabú y por culpa de ello el equipo se quedó sin gasolina. En definitiva, Robert le ha servido a Luis Enrique para ganar margen de maniobra y consolidar su posición, que ya era muy sólida. Es, pues, una fotografía que deja muy claro cuáles son las preferencias del entrenador: jugadores jóvenes, contrastados y que vengan de fuera o al menos se hayan fogueado en el exterior. Se deja pues una plantilla más sólida, eso sí, con dos daños colaterales. El primero, la caja, puesto que se ha gastado la nada despreciable cantidad de 122 millones. El segundo es mayor y tiene que ver con La Masia, aunque no se vea a primera vista. Cierto, el Barça puede alinear hoy hasta seis titulares procedentes de La Masia o de La Masia ‘light’ (como Denis), pero con los nuevos fichajes se envía inevitablemente un mensaje claro a las divisiones inferiores: ya no se acude al Barça B para tapar huecos sino al mercado. Es decir, la clase media se alimenta desde fuera. Es decir, se agrieta uno de los cordones umbilicales del club, el que conecta las divisiones inferiores con el primer equipo. En definitiva: crece Luis Enrique, el Barça puede presumir de una extraordinaria plantilla… pero a la vez debe preguntarse muy seriamente qué le ha sucedido en su cantera que ya no le permite nutrir su clase media y explicar cómo lo va a solucionar. La pregunta es: ¿en nombre de la victoria se puede poner en peligro el modelo?