El gran reto de Astana

Alexander Vinokourov y Andrey Kashechkin se han convertido en los adversarios más peligrosos de Alejandro Valverde, el líder de la Vuelta

En cierta ocasión, el presidente de la República de Kazajistán, Nursultan Nazarbayev, fletó su avión personal para que después del Campeonato del Mundo de hace dos años, Alexander Vinokourov, acompañado de Paolo Savoldelli, Thor Hushvod y un selecto grupo de corredores se trasladara a Astana para disputar un critérium mediante el que se iniciaba la campaña presidencial. Desde entonces, Vinokourov corre bajo la protección del estamento político de Kazajistán. Es el ídolo de un país que espera que en las doce etapas que restan por disputarse de la Vuelta consiga recuperar el 1'38" de desventaja sobre Alejandro Valverde y vestirse con el maillot oro en Madrid. Aunque la Vuelta no es el Tour, un resultado de esta envergadura justificaría la enorme inversión de Astana en un equipo ProTour.

Vinokourov hubiera preferido dejar a su compañero Andrey Kashechkin la responsabilidad de ganar la Vuelta, mientras que él se dedicaba a preparar el Campeonato del Mundo de Salzburgo. El maillot arco-iris, en su país, es el segundo más preciado después del Tour de Francia. Pero a Kashechkin, la Vuelta y Valverde, le vienen demasiado grandes. Lo puso de manifiesto subiendo el puerto de La Cobertoria, cuando arrancaron ambos kazajos con la idea de ir a por la etapa y el maillot de líder: "A toro pasado es muy fácil decirlo, pero la verdad es que nos equivocamos", reconoce Herminio Díaz Zabala, el director deportivo de Astana. "Si Kashechkin no hubiera salido, posiblemente ahora lo tendríamos todo. Vinokourov le sacaba un punto a su compañero y sólo subió a su ritmo cuando vio que Valverde se le venía encima".

Trato profesional

La jornada de descanso sirvió para que los ciclistas kazajos reflexionaran al respecto. Vinokourov asumirá sus responsabilidades en la contrarreloj de Cuenca. Sobre el papel es mejor especialista aunque el técnico de Astana asegura que "si fuera el director de Alejandro y tuviera que diseñar una cronometrada que le fuera bien elegiría el mismo recorrido".

Herminio Díaz ha cumplido 41 años, pero hace 8 años era aún ciclista profesional. Ha tomado el relevo de Manuel Saiz, el director deportivo y hombre orquesta de Astana, ex Liberty Seguros. Su papel no es fácil.Tiene muy claro que les paga Active Bay, empresa propiedad de Saiz, y que el patrocinador es Astana. Pero también tiene claro que cualquier injerencia del técnico cántabro en temas deportivos, aunque fuera a distancia y por vía telefónica estaría mal vista: "Nunca, ni cuando estaba en el equipo se metía en estas cuestiones cuando yo dirigía al equipo en determinadas carreras". Cada día explica con detalle a los kazajos el recorrido de la etapa y la táctica a seguir. Cuando existen diferencias de criterio con Vinokourov, un líder con un carácter fuerte, o cualquier otro, Díaz tiene la última palabra: "Mis decisiones no se basan en la autoridad, sino en el razonamiento. Y funciona". Reconoce que la Operación Puerto y la retirada del equipo del Tour les sumió en una crisis: "Después de todo lo que han pasado, los corredores están demostrando que son grandes profesionales, serios y trabajadores. Nada ha conseguido descentrarles. Demuestra su profesionalidad".

El particularmente "cambiaría ahora mismo las dos victorias de la Vuelta por la gente que echo de menos del equipo y que deberían de estar aquí. Pero la situación es la que es. Soy lo suficientemente profesional para no dejarme llevar ni por las emociones ni por los sentimientos. Así que actúo con la cabeza. Me niego a que influya lo que ha sucedido en el trato con Vinokourov".

El futuro del equipo pasa por los tribunales

Manuel Saiz, propietario de Active Bay, la empresa que cuenta con una de las 20 licencias UCI-ProTour, no está dispuesto a vender sus acciones a su patrocinador, Astana. Y el consorcio de Kazajistán ha renunciado a seguir negociando con el técnico cántabro. En realidad no quieren comprar la sociedad de Manuel Saiz. Saldrán adelante con una propia que aglutinaría a la mayoría de corredores y auxiliares del actual equipo para un proyecto hasta el 2010. Los ciclistas que tienen contrato con Active Bay, como es el caso de Alexander Vinokourov y el resto de kazajos, consideran que tienen argumentos legales para romper su relación con Active Bay sin tener que pagar las cláusulas de rescisión. La situación pues, va camino de verse en los tribunales cuando finalice la presente temporada.