Champions League 2015/2016: Bayern - Atlético

El Bayern más épico se queda sin final

El Atlético de Madrid estará en la final de la Champions de Milán saldando la cuenta pendiente con el Bayern pero sufriendo del primer al último minuto ante un Bayern de Guardiola que vendió más cara que nunca su eliminación

Juanma Romero

“Qué manera de sufrir, qué manera de ganar”. El Atlético de Madrid escribió una nueva y brillante página en su historia siguiendo al dedillo la letra de su himno. Los de Simeone estarán en Milán saldando la cuenta pendiente con el Bayern pero sufriendo del primer al último minuto ante un equipo, el de Pep Guardiola, que vendió más cara que nunca su eliminación en Champions.

Desde el pitido inicial, el Bayern salió enchufado. Todo pasaba por ganar, o al menos igualar, la clásica intensidad colchonera y atacar en manada. Gabi probó fortuna desde lejos a los cinco minutos, como queriendo alejar fantasmas, pero el Bayern tenía claro su plan. Costa y Müller encontraban espacios por dentro y Lewandowski trataba de ganar la batalla a Godín.

Tímidamente, el Atleti intentaba buscar la espalda de Boateng, consciente de que cuatro meses fuera podían pasarle factura, pero la guerra psicológica la ganaba el Bayern.

En lo referente al juego, no era noche para florituras. Los alemanes eran más alemanes que nunca y todos sus ataques terminaban de la misma forma, con un centro lateral buscando el remate de Müller o Lewandowski o al menos una segunda opción. El polaco tuvo la primera clara para los locales, a los diez minutos de juego, pero su disparo lo desvió un seguro Oblak.

El Bayern persistía, sin la finura de otras noches pero peleando con fe cada pelota suelta y creando situaciones de cierto peligro. La escena se repetía, el Bayern yendo arriba con todo y el Atleti basculando en defensa con el orden y prestancia habituales.

A la media hora de juego llegó una falta en la frontal sobre Müller. Con algo de fortuna, Xabi Alonso, inmenso durante todo el partido, la metió dentro. Estalló el Allianz y emergió el Bayern más épico, más desatado.

Solo cuatro minutos más tarde, en plena catarsis local, el turco Çakir decretó penalti sobre Javi Martínez por un agarrón de Giménez y Müller pidió el balón. Oblak volvió a aparecer con una doble intervención y daba un respiro a un Atleti que pasaba por sus peores momentos de la primera mitad.

El plan pasó por Carrasco

El descanso sirvió de bálsamo ante tanta tensión, incluso en los banquillos, donde Simeone llegó a encararse con el banquillo local. Pero se jugaba donde quería el Guardiola, el balón en campo rival, circulación rápida y ataques constantes. Simeone, por su parte, contraatacaba moviendo ficha y Carrasco entraba por Augusto en el arranque de la segunda mitad. Un cambio que pretendía alejar al Atleti de Oblak y situarlo más cerca de Neuer. Fruto o no de la intención, llegó el empate. Contra rápida, Griezmann a la espalda de Alaba, pared con Torres y frialdad del francés para definir.

El Bayern debía apelar a la épica. Guardiola apostó por Coman, colocó a Javi Martínez arriba y situó a Boateng casi de mediocentro. Se volcaron sobre Oblak, sin red, y los aficionados en el Allianz empezaron a creer.

Lewandowski ponía por delante a los suyos a falta de quince para el final y Neuer, siete más tarde, paraba una más que dudosa pena máxima a Torres. No bastó. La épica quedó en nada y el Atleti estará en Milán, su segunda final en tres años. Qué manera de competir.