Desconecta todo lo que puede

Trabajo y descanso en la Costa Brava para Tito Vilanova

El técnico blaugrana estará en Barcelona el próximo 15 de julio para el inicio de la pretemporada. Mientras tanto, no se moverá del Alt Empordà 

Ivan San Antonio

Tito Vilanova no puede vivir sin fútbol. Lo saben sus amigos, su familia y su padre, que un día dijo: "Prefiero que esté entrenando a que esté comiéndose el coco en casa", cuando decidió coger el equipo pese a la trampa que la vida le había colocado en forma de enfermedad.

Por eso no dejó de preparar la estrategia mientras estuvo en Nueva York, ni se perdió ni uno solo de los partidos que jugaba su equipo y los que jugaban sus rivales. Por eso el contacto era permanente y, seguramente por eso, en su día Pep Guardiola quiso que fuera él quien lo acompañara en su aventura blaugrana. Nada ha cambiado en Vilanova. Mientras se aparta de la ciudad de Barcelona aprovechando las vacaciones y descansa cerca de su Bellcaire natal, en L'Escala, sigue pendiente de todo, trabajando en la que será su segunda temporada. Porque aunque pudiera parecer contradictorio, para alguien que ama su trabajo es posible descansar, lejos de la presión del día a día, y seguir valorando qué se hizo mal y qué se hizo bien durante el primer año en el que ejerció de jefe absoluto del primer equipo. Y buscando soluciones.

El técnico empordanés pasea por la arena de la playa con su mujer Montse casi a diario, un paseo que puede prolongarse por más de una hora, o incluso más. El paisaje que ofrece la Costa Brava es único e invita a disfrutar de él recorriéndolo a pie por su litoral. Sus hijos Adrià y Carlota tienen edad de sobras como para no tener que estar pendientes de ellos, así que, cuando así lo deciden, los acompañan. Como pasa en las salidas gastronómicas que acostumbran a hacer. Restaurantes como el Molí de l'Escala o el chiringuito Tropic Beach de su amigo Medir son de obligada visita. Aunque no les importa coger el coche para desplazarse hasta otras poblaciones cercanas como Roses. El pescado fresco a la plancha es uno de los platos preferidos de Tito Vilanova.

Recibe visitas de sus amigos, que en este momento son también algunos de sus compañeros de trabajo, como Jordi Roura o Aureli Altimira. De hecho, es frecuente ver a los tres tomando algo en alguna terraza cerca de Sant Martí d'Empúries. De hecho, uno de los temas que más le ha preocupado durante los días de descanso era poder acabar de confeccionar su equipo de trabajo, puesto que la marcha de varias piezas ha obligado a incorporar a gente como Rubi o Jaume Torras, que se unen al grupo. Todos ellos de su máxima confianza. Forma parte de su responsabilidad elegir quién le rodea, aunque gran parte de ese trabajo lo pudo realizar antes de iniciar la vacaciones, durante la planificación que llevó a cabo con la dirección deportiva. Allí también se habló de los nombres que el técnico puso encima de la mesa para completar la plantilla: el de Neymar y el de Thiago Silva. El primero ya es futbolista del Barça, el segundo, si llega, lo hará más tarde. Una vez transmitidas sus preferencias, Tito Vilanova, más allá de llamadas puntuales para conocer cómo está la situación en cada caso, tanto en lo que se refiere a altas como a bajas, deja el tema en manos de la dirección deportiva para que dé los pasos que crea conveniente. Mientras el mercado se mueve, él sigue pensando cómo sacará el mejor provecho a la plantilla, pensando día tras día en la táctica, proyectando mentalmente cómo jugará Neymar o quién tendrá los minutos de Thiago Alcántara si decide, finalmente, marcharse.

El técnico tampoco se ha perdido detalle de la Copa Confederaciones, sobre todo de la selección estatal, en la que participaban la mayor parte de sus jugadores. Tanto es así que ha mantenido contacto con alguno de ellos vía telefónica, interesándose por cómo se encontraban. Tito es consciente de que su plantilla llegó algo justa al final de la temporada y, pese a ello, estaba seguro de que harían un gran torneo en Brasil. Como así ha sido. Disfrutó de Neymar, aunque no le tranquilizó lo que vio más allá de que ayudará a que su conexión con el público, porque ya sabía de lo que era capaz. Lleva años siguiendo su evolución. Los jugadores son la base de todo y el diálogo entre el de Bellcaire y sus futbolistas es constante durante la temporada. Tito quiere que todos ellos lleguen en las mejores condiciones a la pretemporada.

Su relación con Sandro Rosell, también es muy fluida durante las vacaciones. De hecho, el presidente tiene casa en Corçà, un pequeño pueblo situado a 25 minutos en coche de L'Escala. Ambos mantienen un contacto frecuente y también han mantenido un encuentro cara a cara. Tito Vilanova es una pieza básica en el entramado técnico del Barça, la más importante, puesto que todo su equipo, tanto el de jugadores como el de entrenadores, depende de él. Y es por ello que el de Bellcaire no quiere dejar nada a la improvisación. Ni cuando está de vacaciones. Tiene tiempo para todo, incluso para descansar, que es uno de los motivos por los que ha preferido pasar todo el tiempo libre que el Barça le deja rodeado de su gente en L'Escala. Una población a la que no puede acudir con toda la frecuencia que querría porque sus obligaciones en Barcelona durante la temporada se lo impiden. El próximo 15 de julio Tito Vilanova deberá estar, de nuevo, en la Ciutat Esportiva. Mientras, trabaja y descansa en casa.