Sergi Palencia, más de media vida soñando en blaugrana

Sergi Palencia, capitán y titular indiscutible con Gerard

Sergi Palencia, capitán y titular indiscutible con Gerard / Javi Ferrándiz

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Sergi Palencia recuerda, guardando todas las distancias, a Carles Puyol. Pero recuerda a Puyol cuando a Puyol le llegó el momento de cruzar la pasarela que separa el Mini Estadi del Camp Nou, así que, sin tener en cuenta la trayectoria posterior de Puyol, Palencia recuerda a él.

En el libro 'De portes endins. Els 113 anys del FC Barcelona explicats en 113 històries', Lluís Lainz explica que los informes realizados por Serra Ferrer, Oriol Tort y Koeman durante sus últimos años en el fútbol base, Puyol no pasaba el corte. Estuvo a punto de marcharse cedido al Málaga hasta que recibió la bendición de Van Gaal (también él tuvo mucho que ver por sus ganas de triunfar en el Barça) tras analizar al jugador durante la pretemporada (tiene cierta gracia que Luis Enrique, íntimo de Carles, ni siquiera se haya molestado en probar al defensa de Badalona conociendo su historia). El resto de su trayectoria como blaugrana forma parte ya de una de las etapas más gloriosas de la historia del Barça.

Una de las diferencias entre Palencia y Puyol está, precisamente, en los informes que llegan a los despachos nobles de la Ciutat Esportiva procedentes de los responsables del fútbol base (cuando formaba parte de él) y del filial. Para ser concretos, todo lo que le llega a Robert Fernández procedente, simplificando la transacción, de Pep Segura son buenas palabras. Muy buenas. Como aseguraba antes Albert Puig, exresponsable de la cantera, "sin ser un diez en nada, acababa convenciendo a todos sus entrenadores de que debía jugar siempre". 

Nunca una palabra elegida erróneamente, nunca una queja, solo trabajo, trabajo y más trabajo. Hoy cumple 21 años y llegó en 2006 con 10, así que ha pasado más de media vida vestido con la camiseta con la que aún sueña con triunfar, esperando la mínima rendija para colarse en el Camp Nou. Su única participación con Luis Enrique fue jugar la Supercopa de Catalunya en Tarragona ante el Espanyol. Jugó los últimos veinte minutos por la banda izquierda y cumplió sin problemas, pese a posicionarse habitualmente en la derecha con el filial. El asturiano prefiere, cuando tiene necesidad, contar con Nili, que llegó el pasado verano al Mini Estadi. 

Sergi Palencia no se rinde. Tiene ofertas para marcharse el próximo verano de clubs importantes de Segunda A que le han seguido toda la temporada. Son varios los equipos que conocen al detalle todas sus virtudes y puntos flacos, que ha ido puliendo con el paso de los años. Uno de ellos es su faceta ofensiva. Al contrario de lo que es habitual, Palencia es un toro defendiendo y le ha costado más desarrollarse en ataque. Pero desde que llegó al filial ha trabajado junto a los técnicos del Barça B esa faceta. De forma individual ha pasado muchas horas perfeccionando sus llegadas al área rival y, sobre todo, los centros. Tanto sobre el céspedo como con el vídeo. El equipo lo ha notado y la prueba es que es imprescindible para Gerard López. Su trayectoria le avala porque ya jugó, siendo juvenil, once partidos junto a Jordi Vinyals en Segunda División A.

En las próximas semanas llegan al Mini Estadi, según explican habituales del estadio en el que juega el filial, ojeadores de Italia e Inglaterra para seguir al futbolista, cuya gran temporada no ha pasado desapercibida para nadie. El Stoke City, que apretó mucho el pasado verano para hacerse con él, es otro de los clubs a los que ha convencido. La excepción es Luis Enrique. Su adiós podría significar que Palencia tuviera su primera gran oportunidad y, con un año más de contrato, podría entrar en la lista de canteranos que realicen la pretemporada con la primera plantilla. Será entonces cuando deba demostrar que está preparado para dar el salto o, en el caso de que el Barça B acabe ascendiendo, estar a medio camino entre un equipo y el otro. Tras once temporadas en el fútbol base, el club no puede permitirse dejar de examinar a Palencia antes de tomar una decisión definitiva respecto a su futuro.