¿Sigue Messi siendo el mismo? La metamorfosis del '10'

Dídac Peyret

Dídac Peyret

La imagen de Messi ha cambiado drástricamente con el paso de los años, desde que llegó a La Masia procedente de su Rosario natal hasta convertirse en uno de los grandes ídolos del Planeta Fútbol. No solo se trata de un giro estético; también ha evolucionado su forma de expresarse, su liderazgo o incluso de lidiar con las sesiones de fotos.  

El niño que no podía crecer -de ahí el mote de La Pulga- ha ido perdiendo timidez al tiempo que acentuaba su lado más argentino. No es que sus orígenes no hayan estado siempre ahí (más que argentino habla rosarino), pero sus celebraciones recogen ahora la intensidad de las canchas de su país.  

De algún modo Messi, cuya renovación por el Barça se anunció este miércoles 5 de julioha dejado atrás esa apariencia impasible para dejar entrever otra cara hasta ahora desconocida. Se lo plantea así Valdano en su libro Fútbol: el juego infinito. "Es esa condición de hombre imperturbable lo que lo mantiene a salvo de toda confusión, ¿o será un gran actor capaz de esconder la tormenta desatada en su interior?”.

Celia ya lo sabía

¿Alguien se podía imaginar que este niño sería el mejor de la historia? Su abuela Celia intuía algo. Ella le acompañaba a los entrenos en Argentina y ahora le dedica los goles. También cuenta a menudo anécdotas de la época. "Tenía cuatro años, jugaba en el Grandoli y les faltaba un jugador. Mi abuela decía ponerlo, que te va a salvar el partido. El entrenador decía, no, es muy chiquitito. Empezaron a discutir, me puso y marqué dos goles".

Las mujeres han sido claves en la carrera del futbolista. Su abuela, su madre (lleva tatuado su rostro en la espalda) y ahora su pareja Antonella. Cuentan que el pequeño Lio tomaba seis biberones al día y que se bañaba con una pelota.  

silencio en el vestuario

15 de febrero de 2002. Lionel Andrés Messi. Tenía 14 años, era la temporada 2001-02 y estaba a medio camino entre en el infantil A y el cadete B del Barça. Era un adolescente pero ya sumaba números de escándalo: 21 goles en 14 partidos. En La Masia era conocido por sus gambetas y su extrema timidez en el vestuario.

Una fama que ya se ganó cuando iba a la escuela en Rosario. Ahí se comunicaba con los profesores a través de una amiga. En el Barça sus compañeros recuerdan lo difícil que era sacarle una palabra a aquel niño que se transformaba cuando entraba en un campo.  

El extranJero

Una imagen que siempre ha llamado la atención, seguramente, porque no se recuerda un Messi con el pelo tan corto.Un Leo preadolescente conviviendo con las dificultades de vivir una realidad nueva. Lejos de su país y con dudas en la familia.  

Gambeta y acné

Año 2003. Torneo MIC. "Hacía dos años que estábamos invictos y caímos en cuartos", recuerda  Piqué sobre aquel torneo.

Messi estaba viviendo los cambios propios de la pubertad y lucía una media melena cortada por el patrón de entonces.

Qué noche la de aquel día

La mirada de Messi. Cuando está enchufado, parece que esté en trance. Totalmente concentrado, pero sin hacer ruido. La imagen corresponde al Gamper del año 2005, el rival es la Juve y el resto es historia.

Era otro Messi. Con su clásica melena de entonces. Con el dorsal 30 a la espalda. Y con Nike en las botas. Era el Messi de recuerda mi nombre, el momento del estallido tras una actuación deslumbrante que todavía sigue muy presente en el imaginario colectivo.   

Inocencia interrumpida

Es el año 2007 y ya es una de las estrellas del primer equipo. Messi conoce las jerarquías de un vestuario de primer nivel y pronto irá descubriendo también sus grietas y contradicciones.

Es una etapa en la que su cuerpo se va amoldando a la élite; gana peso muscular, incluso su cara parece más inflada. Su cuerpo no se corresponde con un rostro, aún con acné, que nos remite a la adolescencia. 

Un nuevo comienzo

Es el año 2008, llega Guardiola y con él un nuevo Barça y un nuevo Messi. El argentino pasa a ser el epicentro; el jugador sobre el que Pep basa su proyecto tras la etapa de Ronaldinho.

Una tendencia que se irá incrementado con la salida de jugadores como Eto'o una temporada más tarde.  

Siempre Rosario

Otra cara. A Messi se le endurecen un poco las facciones con las primeras señales de barba. Es el año 2009, tiene 22 años y recibe su primer Balón de Oro. 

También es el año en el que se hace pública su relación Antonella. Una chica que casa perfectamente con su habitual regreso a sus inicios. Es rosarina y una amiga de infancia.   

The Who y el look british

Año 2010. Messi luce peinado mod. Su parecido en esta época con Keith Moon, batería de The Who, es asombroso. También recuerda mucho al look de los Beatles de su primera etapa.

Simply The Best

Año 2011. "Es el mejor. No hay otro. Siempre podré decir que le he entrenado" (Guardiola dixit). Nadie discute el reinado de un Messi cada vez más cómodo con los medios. Ya no es aquel chico que pasaba un mal trago en las sesiones de fotos o delante de un micro.  

Y de repente, padre

Año 2012. Messi actualiza su peinado con un corte mucho más actual y una barba de dos días. Ni rastro de la melena de sus inicios (un clásico entre los jugadores argentinos) ni del flequillo british.  Es el año que llega su primer hijo Thiago. 

La vida tatuada

2015. Con el paso de los años Messi se ha ido aficionando a los tatuajes. Es un cambio que subraya el atrevimiento (creciente) del argentino, lejos ya de esa imagen tan discreta de sus inicios.

Entre los numerosos tatoos que acumula, hay la imagen de su madre en la espalda, un balón y los nombres de sus hijos, entre otros.  

es de oro

2016. Messi platino. El argentino se tiñe el pelo de rubio tras la enésima decepción con Argentina. Y no solo eso: se deja crecer una barba de estética hypster. Como Messi suele ser un misterio le sale una barba pelirroja. Cosas del 10.

Un líder

2017. Messi sigue con una barba larguísima pero ha dejado atrás el rubio platino. Es un Messi a punto de llegar a los treinta, en plena madurez, y sin rastro de su etapa adolescente.

El corte de pelo y la barba contribuyen a esta imagen de madurez. Más intimidante que en sus inicios; mucho más formado y volcánico. Más líder, como en esta mítica celebración tras la remontada ante el PSG, y también con más autoridad y discurso cuando habla.

UN NUEVO LOOK MÁS 'CLÁSICO'

Ni un mes después de reenganchar al Barça en la lucha por la Liga con una actuación descomunal en el Santiago Bernabéu, Leo volvió a cambiar su imagen al recortarse la barba y, de paso, modificar el corte de pelo. Ahora luce los lados más cortos y la parte de arriba más larga, un estilo que recuerda al que usó en verano de 2014.