El Barça, a la espera de la resurrección de su 'D10S' Messi

Nunca olvidará Leo Messi aquella noche del 13 de julio de 2014 en el Estadio Maracaná. Alemania, gracias al gol de Mario Goetze, encontró la forma de batir a Sergio Romero en el minuto 113 de la prórroga y rompió el sueño del astro rosarino y de toda una nación.

Leo deja Brasil con un el regusto amargo de la derrota y el sentimiento de una asignatura pendiente hasta Rusia 2018. Por el camino, Messi deberá recuperar fuerzas y volver a pensar en el Barça. Un Barça que ha aprovechado estas semanas para reconstruir su proyecto, siempre pensando en Leo Messi como eje central. Como ha sucedido desde el 2008.

Y es que, desde el verano de 2008, cuando conquistó la medalla de oro de los Juegos Olímpicos de Pekín, hasta el inicio de 2013, casi todo han sido buenas nuevas para Leo Messi, convertido en un 'extraterrestre' por su capacidad para mantenerse, casi de manera eterna, en la excelencia. Todos los títulos posibles a nivel de clubs (Mundial de Clubs, Champions, Ligas...), todos los galardones individuales (Balón de Oro, Bota de Oro...) y el reconocimiento de que, sobre el terreno de juego, lideraba a uno de los mejores equipos de la historia.

También ayudó a que Argentina recuperara el rumbo y volviera a creer en que, esta vez sí, era posible sumar la tercera estrella a la camiseta albiceleste, levantar la tercera Copa del Mundo, nada menos nque en Brasil.

DAÑOS COLATERALES

Sin embargo, la intensidad competitiva, la presión, las lesiones, los asuntos 'colaterales'... Una serie de circunstancias han hecho que Messi haya vivido el último año y medio en dificultad. Siempre un punto por debajo de las enormes expectativas que había generado durante su etapa 'extraterrestre' entre 2008 y 2012.

Pero, ¿qué le ha pasado exactamente a Messi durante este tiempo? Es algo que solo él y sus más allegados saben a ciencia cierta. Desde fuera se ven los síntomas, como que participa menos en el juego y le resulta más complicado mantener su incidencia en el juego durante todo el partido.

Aún así, nadie le discute todavía su condición de número uno; mientras le llegó el combustible Argentina ha sido un serio candidato al título. Y su mano a mano con Manuel Neuer en la final, cuando su remate de zurda salió lamiendo el poste de la portería alemana, pudo haber cambiado el curso de los acontecimientos.

Pero la realidad es que fue Mario Goetze el que goleó y el título no voló a Buenos AIres, sino a Berlín. Ahora, a Leo le toca descansar, recargar energías y hacer un resset antes de ponerse al frente del nuevo Barça 2014-15 de Luis Enrique Martínez. En el Camp Nou siguen creyendo en él como el líder de un nuevo proyecto ganador y los cambios que se están llevado a cabo están dirigidos, precisamente, a arroparle.

Los problemas con Hacienda, los problemas físicos que no ha acabado de superar del todo... Es el momento de que Messi, por fin, pueda centrarse nuevamente en lo que hace mejor que nadie, en el fútbol puro y duro. Si resucita el futbolista, el Barça y Argentina pueden creer en su 'D10S'.