Ha sido uno de los atletas que más ha progresado los últimos años en el fondo internacional. Un perfil diferente. Grijalva era lo que se conoce como un ‘dreamer’, uno de los 700.000 indocumentados que hay en Estados Unidos y que estaban amparados por una ley aprobada por Obama que los protegía de la deportación y a la que Trump puso fin hace un tiempo. De hecho, hizo mínima para estar en los Juegos Olímpicos de Tokio y, en principio, la federación guatemalteca no la reconocía. Pero finalmente sí pudo viajar y acabó metiéndose en la final en el Mundial de Eugene.
“Nací en Guatemala, mis padres me trajeron como indocumentado cuando tenía un año. Crecí en Fairfield, California. Es un lugar bonito, verde y con colinas, pero la ciudad es bastante gueto. No es fácil convertirse en atleta viniendo de allí. Mi padre lava autos y también trabaja en una fábrica. Es la clásica historia de los inmigrantes. Tiene 60 años y trabaja como un loco. Yo empecé cuando tenía unos 13 años y entraba en el instituto. Lo hice en el equipo de cross pero no era muy bueno, y tardé en aficionarme a este deporte. Empecé a tomarlo en serio a los 16 años. En 2017, me incorporé a la Universidad del Norte de Arizona”, explicó un año y medio atrás.
Primera estancia larga en Guatemala
Ya compitiendo desde hace meses plenamente como guatemalteco, Grijalva acaba de arrancar el 2024 con Récord Nacional de 10.000. Demostrando que puede ser un gran año para él. En el evento ‘The Ten’ en Los Ángeles, California, paró el crono en 27:26. Batió su marca personal por más de 17 segundos (era de 27:43). No alcanzó el podio en la competición, pero sí el Récord Nacional de Guatemala que el mismo tenía. Ahora hará una concentración precisamente en su país. Será un momento emotivo, puesto que se tratara de la primera vez que pasará varios días en Guatemala desde que se fuera más de 22 años atrás.
