Ya demostró en esta misma ciudad, en Doha, en el Mundial de 2019, que es un atleta de raza, que corre sin complejos, sin miedo. Nos hizo disfrutar de una forma increíble el joven atleta gallego de 22 años, que corrió hace unos días en Soria en 1.50.58 y que al lado de estrellas de la talla de Amel Tuka, los keniatas Kinyamal y Rotich o del británico Rowden no ha tenido miramientos.
El 800 de este segundo meeting de la Diamond League en la capital catarí era de aúpa. Adrián Ben ha salido por la calle 1 y durante los primeros metros ha cerrado el grupo. De hecho, ha dado sensación de que podía descolgarse, pero nada de eso. Él tenía piernas y tenía en mente hacer un final apoteósico. Como siempre, táctico e irreverente, ha ido adelantando atletas hasta ponerse a rueda de la leyenda bosnia Amel Tuka.
Un final de casta
En la recta final ha sido capaz de sobrepasar a los cataríes Hairane y Hassan y al surafricano Tshite y ha terminado con la lengua fuera logrando la segunda mejor marca de su vida (la primera fue también en Doha, ciudad talismán para él) con 1.45.10. Rebajando la mínima olímpica por segunda vez y confirmando que está muy fuerte y que nos puede dar muchas alegrías en Tokio.
Ojo con el gallego porque estamos a mayo y es capaz seguro de rebajar ese mejor registro de 1.44.97 logrado en el Campeonato del Mundo hace dos años. De momento, cuatro puntitos en toda una Diamond League para él.
