Adri Ben: "Fantaseaba con lo que me ha pasado en Doha"

Adrián Ben celebra su pase a la final en Doha

Adrián Ben festeja en una imagen de archivo / EFE

Sergi Capdevila

Sergi Capdevila

Adrián Ben (Viveiro, 4/08/1998) ha vivido en Doha los días más intensos de su vida. En su primer Mundial asboluto se ha convertido en la verdadera revelación del atletismo español. Sexto del mundo en el 800 tras tres carreras para el recuerdo en las que fue creciendo y demostrándose que podía lidiar con los mejores. De Catar se lleva ser el mejor español de la historia en la velocidad (tan solo Tomás de Teresa había llegado antes a una final de Mundial de dicha prueba) en un Mundial (el Récord de España lo sigue ostentando Saúl Ordóñez con 1.43.65).

Tu primera final en un Mundial absoluto. En Viveiro se llenó la Plaza Mayor y tu padre aseguró que no serías el último...

Él conoce perfectamente mi gen competitivo. Sabía que no me conformaría con correr la final y que pelearía con uñas y dientes. He recibido muchos abrazos, pero el de la familia aún no ha llegado. Sentí un enorme orgullo viendo así la plaza de mi pueblo.

Fuiste el más rápido de la final en los últimos 200 metros...

A tres carreras la fatiga muscular me hizo mucha mella. Mi estrategia pasaba por salir regulando e intentar ganar alguna posición al final. Enfrente tenía récords del mundo, medallistas olímpicos, récords de Estados Unidos, gente de 1:42... Mis opciones pasaban recoger ‘cadáveres’.

¿Llegaste a fantasear con disputar la final y vivir lo que ha vivido?

Claro que sí. Pensaba... qué guay sería correr la final de un Mundial”. Que haya salido todo tan bien es fruto del trabajo de estos meses con mi entrenador, Arturo Martín.

Qué lejos queda esa tarde lluviosa en Barcelona en la que hiciste la mínima casi por sorpresa... 

No me encontraba bien a nivel táctico en el 1.500, probé en el 800 y  no me puedo quejar de cómo ha ido. Ha ido todo tan rápido que parece que fue anteayer cuando la logré.

¿Cómo viviste las tres carreras, las más intensas de tu vida?

Intensas han sido. En series pasaban seis por tiempos y salí valiente, a tirar. Si no pasaba, que no fuera por actitud. En ‘semis’ estaba más fatigado y todo dependía del cansancio. Sabía que irían rápido y tenía que guardarme hasta el final. No pudo salir mejor.

¿Ahora cambiará tu planificación?

En principio las cosas seguirán igual y lo que diga el míster va a misa. 

¿Cómo has asimilado este ‘terremoto’ mediático? 

Tengo la cabeza en su sitio y buena culpa de ello la tienen mis padres. Todo este ‘boom’ se lleva bien, pero cuando se torcieron en el Europeo sub’23 vi quién está de verdad cuando tienes un mal momento.

¿Qué te apetece hacer ahora?

Desconectar, estar con la familia y con los amigos, cargar pilas, coger la nueva temporada con las máximas ganas y preparar el Mundial Indoor.

Con permiso de Orlando Ortega  y su controvertido bronce, ¿te sientes un poco el ‘clavo ardiendo’ de la delegación española?

Orlando es nuestro mejor atleta y lo que pasó fue una injusticia. Yo estoy muy contento por haber hecho feliz a mucha gente, que incluso sin saber de atletismo se han sentado en el sofá y ha vibrado con mis carreras. 

¿Cómo ves las críticas a la asistencia y a las gradas vacías?

No ha estado tan lleno como en Londres o en sitios con más cultura atlética, pero no lo llamaría fracaso. Está siendo el mejor Mundial en cuanto a marcas de los últimos años.

¿Te plantea ya Tokio 2020 como un objetivo firme?

Evidentemente los Juegos son el sueño de todo atleta y ese 1:44  en las semifinales  hace que sea más real, pero aún queda muy lejos y toca seguir currando. Y cuando se acerquen, a prepararlos lo mejor forma posible.