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Cinco historias para cinco intensas y especiales vueltas al running

La vuelta al running desde tres ángulos distintos

Mucho se ha escrito ya sobre la vuelta a correr, sobre cómo iba a ser, sobre el cosquilleo previo, sobre que nos íbamos a encontrar nuestros solitarios y desangelados caminos habituales infestados de nuevos ‘corredores’, de paseadores, de marchadores. Los días previos al ya bautizado como ‘Día del Runner’ han sido una montaña rusa de sensaciones que nos ha llevado del éxtasis al nerviosismo pasando por la angustia y haciendo un par de paradas en la taquicardia.

¿Quién no se ha sentido antes de salir por la puerta de casa un poco como un impostor? ¿Quién no ha tenido la sensación de ir a hacer algo prohibido, algo peligroso? Después de tantas semanas en las que mirábamos por nuestros balcones y terrazas y por los telenoticias las calles vacías, las aceras despobladas y en las que nos hemos maldecido por no haber tomado la decisión en su momento de adoptar un perro, poner un pie en la calle sin tener la sensación de que la policía nos podía pedir la documentación y someternos a un interrogatorio en cualquier momento ha sido extraño de cojones.

Un autocontrol encomiable

Pero lo hemos hecho. Con nuestro saco de nervios, nuestras pulsaciones ya aceleradas sin siquiera dar una zancada. Nuestro modelito favorito (no nos engañemos, nadie salió sin haber estudiado plenamente al detalle lo que se iba a poner para volver al ruedo), el reloj a tope de batería. En un ejercicio de autocontrol titánico por no embalarnos desde el principio y acabar pagándolo con un ‘petardazo’ en el kilómetro cuatro, hemos hecho caso a los sabios (Carles Castillejo por ejemplo) y hemos apostado por un rodaje suave, disfrutando de cada paso, mirando a nuestro alrededor embobados. Una sensación brutal, como volver a empezar pero con el conocimiento de un veterano, del que ya se conoce su cuerpo.

No hay competiciones en el horizonte, no sabemos cuando vamos a poder inscribirnos en la próxima carrera, pero debemos aprender a convivir con ello. Aprovechar aplicaciones, ‘piques’ con amigas y amigos, pequeños retos personales y, sobre todo, no precipitarnos con los plazos. Con todo, desde la Bolsa del Corredor hemos querido conocer cinco historias de cinco ‘runners’ habituales que se habían visto despojados de uno de sus bienes más preciados y que han vuelto a ‘nacer’. Experiencias curiosas, cada uno con su relato personal, sus ‘dramas’, su manera de encararlo. Son Mireia, Imma, Carlos, Alfredo y Montse.

Mireia y el ‘sinsabor’ de la Marató de Barcelona

Lista y mentalmente motivadísima para la Marató de Barcelona, para Mireia fue un palo duro cuando se anunció su suspensión. De hecho, para los inscritos para la prueba barcelonesa fue todo tan de repente, tan precipitado, que tuvieron que concienciarse bien para asimilarlo. “Fue un palo muy fuerte. En mi caso quizás no tanto porque hacía menos de dos meses que había decidido hacerla, pero conozco a gente para la que fue muy ‘heavy’. La preparación estaba hecha al 100% y la verdad que al principio teníamos ganas de culpar a cualquiera, pero luego con el tiempo nos fuimos dando cuenta de la magnitud de todo esto. Intentamos buscar alternativas, ir a Madrid, a Badajoz, en un momento de desesperación. Pero había que pensar en superar todo esto”.

“La verdad que tenía la alarma puesta a las 7:30, pero a las 7h estaba igual que una niña el día de Reyes. La verdad que tenía muy muy claro que me iba a ir hacia el mar. Soy de Barcelona y es lo que tenía más ganas de hacer. Sabía que estaría a reventar, pero es lo que necesitaba. A partir de las 9h aquello era una ‘selva’, todo el mundo imagino que se moría de ganas. No he ni mirado el crono, solo para ver la hora, los ritmos me daban igual”, comenta Mireia. “Se da el caso de que iba sobrada de piernas de hacer tantos ‘workouts’ en casa, pero lo que me fallaba era el cardio. Mira, como no hay carreras a la vista hay que tomárselo con calma. De verdad que te cambia el humor”.

Montse, “adelantando a chavales de 30 años”

“Por fin. Estoy en Sant Salvador, en Tarragona. Esto estaba a tope, jamás había visto tanta gente corriendo. Los fisios tendrán trabajo porque menuda locura. Me parece bien que salga la gente, pero ha sido tremendo, ¡yo adelantando a chicos de 30 años!“, nos comenta Montse, corredora habitual. “Yo tampoco estaba loca por salir porque mi espíritu rebelde lo perdía hace muchos años. Me resigné a no salir, la verdad. He ido entrenando en casa, tampoco me he convertido en una ‘larva de sofá’. Además he podido seguir viendo a mis compañeros del club por ‘zoom’, por lo que esa parte ‘social’ la hemos podido mantener”, añade.

“Eso sí, las piernas me pedían kilómetros. Al principio, cuando me he propuesto hacer media hora he pensado que sería una ‘mierda’, pero luego ‘buff’, me ha sobrado…He sentido muchos placeres al terminar, la verdad. Placeres que había casi olvidado. Levantarme, no hacer ruido para despertar a mi familia, en silencio. Son cosas que ya no recordaba. También correr intentando no pisar algunas sombras, supersticiones que ni me acordaba que tenía. No las echaba de menos, pero me he dado cuenta corriendo”, nos relata esta ‘runner’ tras volver a ‘estrenarse’ en el asfalto.

Alfredo, “con ganas de llorar cuando el reloj me ha marcado el primer kilómetro”

“He salido sobre las 8:15 más o menos. Soy de Alcalá y por la zona que vivo yo no estaba tan cargado de gente. A ver, había movimiento, más de lo normal, sobre todo cuando volvía. Todos estos días lo único que he hecho es andar y correr por la terraza. Cuando el reloj ha marcado el primer kilómetro me han entrado ganas hasta de llorar. Las piernas me han respondido bien, la verdad, creo que estos días he mantenido un buen tono”, nos comenta Alfredo desde Alcalá de Henares. “En mi club, en el BC Team, la verdad es que nos han cuidado muy bien, ya no solo a nivel físico, sino de sentirte arropado, con las reuniones, videoconferencias, ejercicios en directo. Suerte de eso. Mentalmente es muy complicado la verdad, dar vueltas en la terraza va ‘quemando'”, añade.

“He salido 30 minutitos, muy de ‘tranquis’, a habituar las piernas. Solo faltaba después de todo esto salir como una cabra loca y lesionarme. Más de uno va a caer por salir con tanto ímpetu. La verdad que yo llevo poco tiempo corriendo así más en serio, pero me he enganchado; ha sido genial, la sensación muy buena”, nos comenta Alfredo, que tiene previsto “salir un rato cada día, por las mañanas pronto, y aunque sea hacer un trote, dosificar según lo que me toque cada día de entrenamiento”.

Carlos, “con la sensación de hacer algo prohibido”

“He salido sobre las 8 y la verdad es que al principio me dolía todo, el aquiles, me faltaba el aire, e iba casi parado. Han sido muchos días a pesar de que casi todos los días he estado haciendo cosas. Lo noto a nivel de brazos y fuerza, me noto mejor, pero claro esta mañana cuando me he puesto a correr las piernas no veas”, nos comenta Carlos, ya un ‘veterano’ del running.

“La sensación que he tenido cuando he salido es que iba a hacer algo prohibido, al principio no había nadie por la calle, ni coches obviamente, luego cuando he salido por zonas así más concurridas sí había más gente y ya a las 9 muchísima. Me saqué la noche anterior toda la ropa porque soy el primero que se levanta. Ni me pongo el despertador y salgo en ayunas. Además hacía muy buen día e invitaba a salir la verdad. He hecho unos 45 minutos y ya tengo claro que voy a tener unas agujetas de miedo. Aún así pienso salir también mañana y prácticamente todos los días aunque sea alguno a ritmo más tranquilo”, nos explica Carlos.

“Ahora toca tomárselo todo más con calma, no hay carreras ni competiciones. Yo estaba inscrito para la Maratón de Madrid, con casi todo el trabajo hecho. Fue una putada porque había hipotecado mi temporada para esto, todo estaba enfocado a llegar perfecto. El gran objetivo. Estoy inscrito para volver a intentarlo en noviembre, pero no tengo mucha esperanza”.

Imma ha aprovechado el parón para recuperarse bien de una lesión

“He arrancado sobre las 8:15 y he apostado por una ruta por Barcelona cerca de casa hasta el Parc de la Ciutadella y he vuelto a subir. La verdad es que he visto fotos de que estaba todo atestado de gente y la verdad que por aquí bien, la gente respetuosa, respetando las distancias. Yo no tengo cinta en casa y no he salido a correr ningún día. He salido un poco asustada, cauta, sin saber lo que me iba a encontrar, a la expectativa. He salido con mi pareja e íbamos 2-3 metros separados; no he visto a grupetas corriendo juntos, sí a gente saludándose cuando se cruzaban, pero vaya, lo normal”, nos relata sobre su regreso Imma.

“A mí siempre me ha gustado correr, pero creo que el cuerpo se habitúa a todo. Ahora he estado sin correr este mes y medio y no lo he pasado tan mal, la verdad; claro que he salido hoy y me siento genial por haberlo hecho, pero tampoco me moría. Quizás el primer día que nos dijeron que se prohibía hacer deporte al aire libre sí que nos alarmamos, pero luego no ha sido algo traumático. Después de salir, al acabar el entrenamiento, esa sensación ha sido genial, eso sí”, añade Imma. “De hecho hasta me ha ido bien este parón porque venía de una lesión y he podido hacer ejercicios para reforzar esa zona en concreto”. Normalmente nos obligamos a descansar durante la temporada, pero otra cosa es cumplirlo a rajatabla: “Normalmente no paro el tiempo estipulado 100% y la verdad es que esto ha venido así y decidí no hacer el cafre y forzar para entrenar en el piso o en la azotea. Ahora toca salir con la calma, no tengo prisa para salir a machacarme”


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