La Unión Europea de Radiodifusión intenta evitar que el certamen musical de Eurovisión se politice por la guerra en Gaza. Filtra previamente los contenidos de las canciones y prohíbe y sanciona los símbolos y proclamas ideológicas. Aun así, la UER ha sido objeto de críticas porque, al contrario que con Israel, sí expulsó rápidamente a Rusia tras la invasión de Ucrania, basando su decisión en la falta de independencia de las televisiones rusas participantes y en que la petición de boicot había sido hecha por varios países. Anoche, el país de Benjamín Netanyahu pasó a la final entre vítores y abucheos. Y con sorpresa: Italia filtró los datos del televoto y desveló que Eden Golan, su representante, recibió el 40% de sus votos.

Israel arrasó en Italia con el 40% del televoto: la polarización del voto popular aumenta sus opciones de ganar Eurovisión (leer noticia)