Cuando el Barça llegó a Estados Unidos para la gira de pretemporada en 2006, Carlos Naval, delegado del equipo, aconsejó a los organizadores de la MLS que uno de los puntos que debían mejorar era el de las instalaciones. Dieciséis años después, se han creado dieciséis nuevos clubs, el último de ellos el Charlotte FC, y quince nuevos estadios que han costado 5.000 millones de euros. Desde 2015 se han invertido 2.000 millones en futbolistas. “La MLS ya no es una promesa, es una realidad viable”, asegura su director ejecutivo, Nelson Rodríguez, desde la sede de la competición en la Quinta Avenida.

La MLS piensa en grande (leer noticia)