A rey muerto, rey puesto, dice el refranero español. Así que nada de no utilizar el dorsal 10 de Leo Messi, pensaron en el club una vez se certificó la marcha del argentino, el mejor futbolista de la historia del Barça. Se pensó en Philippe Coutinho, que había lucido el 10 tanto en el Liverpool como en el Bayern de Munich, pero ni al brasileño le hacía mucha gracias, ni la idea podía caer bien en la afición. También en uno de los fichajes estrella de este verano, Sergio Agüero, legendario 10 del Manchester City y también portador de tan icónico dorsal en Independiente y el Atlético de Madrid, pero el argentino no estaba muy por la labor de suceder a su gran amigo. Así es que intervino el club.

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